| La iglesia de San Martín acogió el acto conmemorativo que culminó con la actuación de las bandas de las cofradías de La Soledad y el Nazareno |

La procesión de El Encuentro celebrará el domingo 31 de marzo su vigésima edición. Se cumplirán veinte años de aquel 11 de abril de 2004 cuando por primera vez la imagen de la Soledad y el Cristo Resucitado recorrían las calles de Cuéllar hasta confluir en la plaza Mayor.

Los hermanos mayores de las cofradías de la Soledad, José Luis Herrero, y del Nazareno, Marta Sanz, repasaron la historia de esta procesión y la actuación de sus bandas puso el colofón final al acto. Un acto en el que la iglesia de San Martín completó su aforo a pesar de la climatología desfavorable de la jornada en el municipio.

Herrero recordó cómo tras la Semana Santa de 2003, ya recuperadas las procesiones de Jueves Santo, impulsada la del Viernes Santo y contar con la participación de las cofradías en otras celebraciones, el sacerdote Ignacio García les planteó la cuestión: “¿cómo podéis quedaros solo en la cruz y no llegar a la resurrección?“. Esa pregunta les hizo reflexionar y ambas cofradías decidieron aceptar el reto partiendo de cero. A la imagen de la virgen de La Soledad debían adaptarle la vestimenta, pero no había imagen del resucitado, por lo que pensaron en sacar el Niño de la Bola o la Custodia, como en otras localidades. Finalmente, el Ayuntamiento asumió el coste de la imagen del Resucitado. La virgen se dotó de una mantilla negra que cubre un manto de Gloria del que se despoja en el momento de El Encuentro.

Se diseñó también el recorrido de las imágenes, el Resucitado desde la iglesia de El Salvador hasta la plaza Mayor y La Soledad desde San Francisco hasta ese punto en el que confluyen. Primero El Encuentro tenía lugar en la calle para después, con un sistema de rampas ideado por las cofradías llevarlo al centro de la plaza.

Aquel 2004 una ligera lluvia y el cielo cubierto amenazaron el desarrollo de la procesión, pero y tras tanto esfuerzo en los preparativos las cofradías decidieron seguir adelante, Herrero recordó como  tras El Encuentro cayó la mantilla negra y surgió el manto de Gloria,  sonaron aplausos y tañeron las campanas, volaron palomas y el cielo se abrió saliendo el sol. Con el paso de los años las bandas de las cofradías cobran protagonismo y ambas se sitúan en la plaza e interpretan piezas conjuntamente.

Sanz detalló como ese encuentro es “el broche de oro a la Pascua de Resurrección”. Recordó como el recorrido hasta la plaza lo hacen “con emoción contenida por el colofón final” y como a la imagen del Resucitado le acompañan manolas de diferentes cofradías. Tras El Encuentro, Sanz explicó como las imágenes se giran, para dar paso a que la imagen del Resucitado acceda al templo para presidir la misa. Subrayó el gran avance que ha tenido la Semana Santa cuellarana y confió en que pueda obtener esa declaración de Interés Turístico Regional.

Tras las intervenciones se proyectó un video con imágenes del recorrido de diferentes ediciones de esa procesión de El Encuentro, y con declaraciones de los implicados en su impulso. También declaraciones de Rubén Darío Valentín, profesor de la Escuela Municipal de Música, y responsable de la dirección de ambas bandas en ese desfile procesional. Él ha vivido la evolución de la procesión a través de las bandas de ambas cofradías, cuyos integrantes son en buena parte alumnos suyos. También, compuso la pieza Penum Fide para el momento de El Encuentro. Una pieza en cuyo inicio trató de reflejar el dolor por la muerte del hijo, la alegría de la resurrección y culminar con unos compases que recuerdan la marcha real.

El acto concluyó con la actuación de las dos bandas unidas dirigidas por Valentín. Abrieron la actuación interpretando Plenum Fide, continuaron con `Pescador de hombres´, `Nuestro padre Jesús de la Victoria´, continuaron con `Jesús Resucitado´ y `Al tercer día´.