| El Balonmano Nava gana por 21-26 a Bordils y aumenta a cinco puntos su ventaja respecto a Ciudad Real |
| Por Alberto Pérez Sacho || Foto: Gabriel Gómez |
Cualquiera que siga al Viveros Herol Balonmano Nava conoce el famoso cántico: “Hay que defender… hay que defender”, sin duda uno de los más característicos de la afición blanquirroja. Y este año, los pupilos de Daniel Gordo responden a la petición de la grada hasta llevarlo al máximo exponente.
El encuentro comenzaba mejor para los naveros que, con un Oleg enchufadísimo, ponían tierra de por medio con un parcial 1-4. Esteve Ferrer y Oriol Márquez suponían el mayor peligro para el Balonmano Nava. Aunque cuando superaban la férrea disciplina defensiva visitante, se encontraban con un inconmensurable Yeray Lamariano. El eibarrés volvía a echar la persiana en la portería y desesperaba a los contrarios.
En el ecuador de la primera mitad, los catalanes cogían el pulso al choque y se colocaban 6-8. La descalificación de Esteve, unido a las dos dianas del canterano Darío Ajo Martín, volvía a poner la renta en cuatro tantos. Sergi Catarain se veía obligado a pedir el tiempo muerto para buscar la reacción de los suyos. Con la solidez en la retaguardia como principal argumento, los naveros se iban al descanso 10-14.
El segundo acto continuó por los mismos derroteros. Bordils intentaba sin éxito penetrar el muro defensivo levantado por Álvaro y Andrés, que con cada día que pasa dan la sensación de ser más fuertes y sólidos en el centro de la 6:0.
Antonio Llopis se mostraba muy fiable cara a puerta y Agustín Casado demostraba por enésima vez que es uno de los mejores jugadores de la categoría. La dirección del central volvía a hacer estragos en los blanquiverdes, que en un último intento de remontar el partido, cambiaban al sistema defensivo 3:3. Por desgracia para el rival, Filipe Martins sabe moverse mejor que nadie en estos escenarios. Gracias a su inteligencia, el portugués encontraba los huecos para castigar el arco custodiado por Jordi González que, pese a su notable actuación, no podía evitar la derrota final de los suyos.