El centro cultural de Las Tenerías acogió la presentación del libro “José Rodao. ¡Ese soy yo!” del periodista segoviano Carlos Álvaro.
La concejala de Cultura, Carmen Gómez, fue la encargada de presentar el acto. Elogió el trabajo de dar a conocer a un personaje como José Rodao que aun siendo ya conocido merece esas páginas.
Álvaro reconoció en su intervención que Rodao es un personaje conocido para los segovianos “pero sobre él se ha cubierto un manto de desmemoria que quizá sea normal por el paso de la vida”, afirmó. Destacó la figura de Rodao como periodista y poeta “un periodista de provincia que se fajó en el oficio.
[blocktext align=”left”]Compartir la profesión de periodista con Rodao fue uno de los motivos que le llevó a ahondar en este personaje.[/blocktext] Una profesión que apuntó antes era “heróico”, “algo desconocido para gente con mucha vocación”. A juicio de Álvaro se fue injusto con el autor en vida, a pesar de que fue un periodista de reconocido prestigio “además de un ser humano excepcional y queridísimo por sus paisanos que le reconocieron su compromiso y su admirable labor en el terreno periodístico”.
“Él era un poeta, un poeta festivo, y había que escribir en los periódicos todos los días para ganarse el sustento”, señaló. “De todo extrajo una broma, una chanza, una caricatura y jamás se adentró en hondas y sesudas filosofías”, explicó Álvaro. “En sus crónicas, que son deliciosas e imprescindibles para conocer la Segovia de su tiempo, siempre huyó de lo grave y se limitó a contar las cosas que protagonizaba el pueblo”. Su forma de ser, de vivir, de escribir, acabó atrapando al lector, haciendo de Rodao una firma muy apreciada, no solo en Segovia, sino en toda España, ya que colaboró con periódicos y revistas de difusión nacional y en infinidad de diarios locales, entre ellos los dos que actualmente tiene Segovia: El Adelantado y El Norte de Castilla, donde publicó versos, coplas y ripios y noticias y gacetillas de asuntos segovianos.
Rodao fue hombre de muchos amigos, pero Álvaro explicó que entre ellos hay dos personas con las que Rodao mantuvo una relación muy estrecha: los Zuloaga, el pintor Ignacio, y a su tío, el ceramista Daniel.
Rodao fue también un gran aficionado a los toros y en la prensa dejó innumerables muestras de esta pasión, pues escribió revistas taurinas, crónicas…
El libro de Carlos Álvaro puede adquirirse en las librerías de Segovia capital y en la villa en Prensa y Revistas Gabi, en la calle Resina.
