| La autora ha dedicado unas mil horas en los últimos cinco años a realizarlo |

| Podrá visitarse esta Navidad en las antiguas escuelas de la localidad |

Concepción Garrido expone en Cozuelos de Fuentidueña su belén con más de 200 piezas de ganchillo. Un belén que es un homenaje a sus padres, quienes le transmitieron tanto su pasión por la tradición belenística y por esa clase de labor de costura.

Garrido ha invertido unas mil horas en los últimos cinco años en la confección de las 200 piezas y figuras que lo conforman.

El belén se expondrá en la antigua escuela de Cozuelos, gracias a la colaboración del Ayuntamiento, y entre sus piezas incluye figuras humanas, animales, verduras, edificaciones, enseres, así como el propio tapiz sobre el que se presenta y que integra varios elementos que conforman el paisaje total. Podrá visitarse los días 24, 25 y 31 de diciembre y 1, 2, 5 y 6 de enero en horario de 12.oo a 14.00  y de 18.30 a 20.30 horas. La entrada será gratuita y se respetarán las medidas anti-covid.

Este nacimiento comenzó ha realizarlo hace cinco años, y desde las primeras figuras del misterio hasta la fecha no ha dejado de crecer y seguirá creciendo, tal y como señala su autora.  En su confección se han empleado más de treinta madejas de diversos colores y grosor para poder recrear fielmente las distintas texturas y respetar las proporciones de cada elemento en el conjunto global.

El tamaño medio de las figuras humanas es de unos doce centímetros, por lo que los animales de corral pueden tener unos tres centímetros, e incluso medio centímetro como es el caso de las ranitas del estanque, y los animales grandes superan los 20 centímetros. Esto aumenta enormemente la complejidad, más teniendo en cuenta que todo se ha realizado “sin seguir ningún tipo de patrón, simplemente de la mente a las manos”, afirma Garrido.

La autora, aunque letrada de profesión, dedica su poco tiempo libre a ir dando forma a este nacimiento que ha hecho en honor y memoria a sus padres, Ángel Garrido, gran belenista que desde niña le inculcó esta bella tradición y Concha Herrero, una artista del ganchillo de quien aprendió lo poco o mucho que de este arte sabe y que era natural de Cozuelos de Fuentidueña.