|Fotos: Gabriel Gómez y Nuria Pascual|

Complicado cuarto encierro el que han protagonizado hoy las reses de la ganadería sevillana de Soto de la Fuente, de procedencia Juan Pedro Domecq. La suelta de los corrales del Cega se ha producido con normalidad.

Cuatro de ellas han llegado al recorrido urbano tras contínuas complicaciones en el pinar y en el recorrido campestre y dos de ellas han tenido que ser anestesiadas al no lograr los caballistas, a pesar de su esfuerzo y empeño, reintegrarlas a la manada. La primera se desviaba hacia  la zona de huertas del Arroyo Cerquilla tras el paso de Las Máquinas no sin antes poner en apuros a algunos de los que con sus coches seguían el paso de la manada en la zona de pinares. La segunda comenzaba también a desviar su trayectoria en la zona de los pinares y a pesar de haber sido reconducida y pasar la carretera de Cantalejo, ha continuado arrancándose con los caballistas y resistiéndose a seguir el itinerario marcado. Ya en Los Encaños, en las proximidades de El Embudo, una de las reses se ha dirigido hacia los vehículos que seguían el encierro en lo alto de la loma y, a pesar de los esfuerzos de los caballistas, ha logrado separarse totalmente del resto de la manada dirigiéndose hacia la villa por la zona de Las Maravillas y  el entorno de la carretera de Cantalejo para ser finalmente anestesiada  junto al polígono industrial Contodo.

Las cuatro reses restantes han descansado a la sombra de unos árboles en la zona de los Encaños donde las han tenido controladas hasta que han decidido continuar su camino hacia la villa y  accediendo por El Embudo. En todo momento las reses han caminado separadas de los mansos.

Un encierro largo, con mucho calor aunque con menos polvo que en los días anteriores gracias a la lluvia de la noche y madrugada.

La Asociación Encierros de Cuéllar señala en su valoración que “en general ha sido un encierro bien presentado, pero difícil de manejar , algo que requería una buena organización de caballistas, hecho este que ha brillado por su ausencia. Mal encabestrado”.

Las cuatro reses y los mansos han iniciado una larga carrera  camino de El Embudo desde Los Encaños. La velocidad que se les imprime para  evitar nuevas fugas influye después, según señala la asociación en el desarrollo del recorrido urbano. La bajada la inicia un toro suelto que se desvía sin que los caballistas puedan hacer nada y éste es el animal que finalmente se anestesia en la zona de la carretera de Cantalejo.

En el tramo urbano esta asociación señala que el encierro pasó muy disgregado  consecuencia del mal traslado por el campo. Así destacan que el último de los bravos no ha aguantado todo el recorrido y ha llegado a la Plaza de Toros después de echarse varias veces sobre el asfalto. Los pastores se han empleado en conseguir poco a poco conducir esta res hasta el coso taurino, con las quejas  por parte del público que quería disfrutar del animal en las calles.

El colectivo subraya el buen desarrollo del baile de rueda que en esta mañana ha contado con más de un centenar de participantes, trece dulzainas y percusión.

Encierros de Cuéllar destaca del encierro la mala organización en el traslado por el campo que ha marcado el encierro, “desconocemos el criterio de adjudicación de brazaletes a caballistas, pero cuando estos se necesitan  la mayoría, no todos, no están en su sitio y nadie sabe cuándo y cómo deben actuar”, afirman; consideran además que la organización de pastores tampoco ha estado a la altura de las circunstancias y que el manejo del ganado manso para llevar los toros rezagados en el recorrido urbano a la Plaza de Toros ha sido malo.

A pesar de lo largo y complicado del encierro, ningún herido fue atendido en la enfermería por heridas en el encierro, únicamente por un esguince de tobillo.