| El exintegrante y fundador del grupo Carlos Soto subió al escenario para acompañarles en la interpretación de dos canciones de sus inicios |

Fotos: Gabriel Gómez

Imparables se subieron ayer los Celtas Cortos al escenario de la plaza de toros de Cuéllar, donde más de 700 personas disfrutaron de su música a través de un viaje por toda su trayectoria. Los nuevos temas dejaron algunos espacios a los grandes éxitos de esta banda vallisoletana que se metió en el bolsillo a los asistentes con su música, especialmente en los compases finales que les hicieron dejar sus asientos bailar al son de temas como 20 de abril.

A las 21.30 horas se abrieron las puertas del coso cuellarano para evitar aglomeraciones en la entrada del público que fue ocupando sus asientos en el ruedo y en el graderío.

Pasadas las 22.30 horas el grupo apareció en el escenario y Jesús Cifuentes contó como estaban rememorando como a finales de los 80 actuaron por primera vez en la villa junto a la iglesia de San Francisco en un concierto instrumental.

Hemos tenido un año muy raro, hemos estado tirados en la cuneta, sufriendo, padeciendo anhelando, y ha llegado el momento de estar aquí en eléctrico”, afirmó señalando que era su primera actuación en eléctrico tras el parón de la pandemia ya que habían ofrecido solo conciertos acústicos “nos habéis sacado de la cueva”, llegó a decir Cifuentes durante el concierto. “Se nos sale el corazón” dijo ante esta vuelta a los escenarios en eléctrico.

Con el tema En estos días inciertos, un canto a la libertad de expresión de los artistas, recogido en su album del mismo nombre de 1996, abrieron el concierto.

No faltó su canto de despedida a Donald Trump Adiós presidente crítico con su mandato, temas de actualidad como La vida del emigrante y otros de sus discos de los 90 como Todo es ponerse o Legión de mudos.

Hubo temas instrumentales, alguno con el violín como protagonista y otros nuevos lanzados en este 2021 como El dolor que llevo aquí, un tema que Cifuentes aclaró “no es una canción de pandemia sino de esos desencuentros que todos y todas tenemos”, o Mañana sale el sol, un tema lleno de buen rollo y optimismo que presentaron el pasado 20 de abril, su fecha fetiche.

Con La senda del tiempo volvieron a interpretar temas de los 90 y en este contaron con el fundador y exmiembro del grupo Carlos Soto sobre el escenario. Soto está afincado en San Miguel del Arroyo y formó parte de la banda hasta 2003 cuando emprendió su propio camino. El público encendió sus móviles para acompañar este tema y coreó su estribillo “A veces llega un momento en que te haces viejo de repente, sin arrugas en la frente pero con ganas de morir…”.

Los asistentes se fueron animando y algunos se lanzaron a bailar al son de las canciones que continuaron recorriendo la trayectoria del grupo desde Silencio, de su último disco Energía Positiva, hasta Retales de una vida de 2008 o Skaparate nacional de 1996. Con Tranquilo Majete de 1993 la banda trató de despedirse tras poner en pie al público y hacerle cantar con ellos. Bajaron del escenario y en la grada resonaba la petición del público “veinte, veinte, veinte de abril…” y volvieron para ofrecer un tema acústico y con la presencia de nuevo de Carlos Soto en el escenario sonó el aclamado 20 de abril con el público a las palmas y coros.

Cerraron el concierto con la canción de su propia historia: No nos podrán parar, tras casi dos horas de actuación que el público disfrutó respetando las medidas COVID que marcaron la distribución de asientos y el uso obligatorio de la mascarilla.