|Por Daniel Martín|Fotos: Gabriel Gómez|


|El Cuéllar Balompié jugó una primera parte brillante, pero erró hasta seis ocasiones claras|

|El conjunto gimnástico aprovechó dos acciones a balón parado |


El CD Cuéllar cayó derrotado por cero goles a dos en su primer partido de la pretemporada. Apenas con tres entrenamientos en las piernas el joven equipo cuellarano dejó una gran imagen hasta que el físico le aguantó, y quedó a merced de un rival más rodado, en la última media hora de partido. Los goles de la Gimnástica Segoviana llegaron a balón parado, tras un córner, y un penalti.

Casi cinco meses después el estadio de Santa Clara albergaba un partido, aunque no oficial, pero los aficionados locales pudieron matar el gusanillo con su equipo, que buscó convencer desde el inicio. Con un once que mezclaba veteranía y juventud, el Cuéllar jugó una primera parte muy buena, en la que le faltó el gol, lo que sirve para decantar la balanza de uno u otro lado.

Apenas habían transcurrido cuatro minutos cuando en una acción de Gonza por la parte izquierda, acababa en penalti, tras comerse la finta el defensor gimnástico. La pena máxima la lanzaba Calleja y su remate pegaba en el poste, empujando él mismo el balón al fondo de las mallas. Un gol que no subiría al marcador, ya que nadie había tocado el balón previamente.

El primer aviso estaba dado, pero la Gimnástica de Javier Jadraque no se anduvo avisando, y en el primer córner que tuvo, Vidal, tras deshacerse de la marca del defensor, remató de cabezazo cruzado inapelable para César.

El Cuéllar se repuso y a la media hora de partido en una subida por la banda derecha de Santi, su centro envenenado era despejado por el meta Guille a córner. Ahí llegarían minutos de asedio y derribo, con una doble ocasión, disparo de Dela, parada de Guille, y el rechazo que remataba Cristian con la puntera, lo volvía a parar el guardameta segoviano.

Todavía antes del descanso Miguel se plantaba en un mano a mano con Guille, pero el meta habilidoso se estiró y con su pierna derecha evitó el tanto, el rechazo, ya en fuera de juego, lo enviaría Gonza muy alto.