|Fotos Gabriel Gómez|

Cumpliendo con la tradición la imagen del Niño de la Bola volvió a salir en procesión, la segunda de 2017, el Día de Reyes. Bajo un intenso frío cofrades y devotos acompañaron a la imagen, portada en andas por las calles del conjunto histórico de la villa. Los sonidos de la dulzaina, el tamboril y el bombo de la mano de los Hermanos Ramos animaron la celebración y los danzantes siguieron los ritmos del repertorio tradicional bailando de cara a la imagen. Los petardos anunciaron la salida y fueron marcando también distintos momentos del desarrollo de la procesión.

El alcalde de la villa, Jesús García, y los ediles de urbanismo, Javier Hernanz y Patrimonio, Luis Senovilla, acompañaron a la procesión como representantes de la Corporación Municipal que este año ha ostentado el cargo de mayordomo honorario de la cofradía del Niño.

En la iglesia de San Esteban, se realizó una parada para entonar unos villancicos y dedicar al niño su oración. Desde allí  la procesión continuó su camino de regreso a San Miguel por las calles Duque de Alburquerque y Morería llegar hasta la plaza Mayor y tornar al templo donde concluían los actos entonando villancicos. En la parte final a los Hermanos Ramos se sumó en la parte musical a la dulzaina uno de los mellizos de Lastras y después el cuellarano Javier Pilar.

La del Día de Reyes suele ser una procesión con más asistentes que la de Año Nuevo aunque el intenso frío mermó esa afluencia.