|Por J. Eloy García|

Parafraseando el famoso dicho de Lineker. “ Las Elecciones Europeas son un juego con 28 países que siempre gana Alemania”. Cierto. Así lleva siendo desde hace lustros. Todos nos empeñamos en hacer lecturas locales, provincianas y tribales, pero solo Frau Merkel hace una lectura europea. “Hemos ganado -parece que ha dicho- seguiremos con el mismo menú: jamón para los del norte, tocino para los del sur”. No ha dejado duda de que seguirá con su política de austericidio para el sur, tan efectiva entre sus votantes del norte, sin ningún tipo de oposición.

Hay que recordar que los partidos socialistas europeos están desaparecidos. Todavía tienen efectivos, pero no tienen discurso, ni una propuesta diferente para oponerse a la apisonadora alemana. Hay que recordar que hubo un tiempo en que los partidos socialistas gobernaban en España, Portugal, Grecia, la izquierda en Italia… pero ninguno se atrevió a promover una postura común contra la política alemana. ¿Qué hubieran podido conseguir si se hubieran unido? No lo sabemos. Los problemas de la deuda hubieran sido diferentes si hubiera habido una postura común. Pero la Sra Merkel fue acorralandolos por separado, uno a uno: una intervención aquí, una troika allá, una reforma constitucional acullá… Todos callaron y escribieron una página de vergüenza histórica. Ahí siguen. Sólo el portugués Sócrates se negó a llevar a cabo las reformas neoliberales; se marchó y convocó elecciones (que, por supuesto, perdió). Hoy es el único partido socialista que ha tenido un digno resultado en las elecciones europeas. Los votantes tenemos memoria.

Ahora nos queda esperar a que los partidos recién llegados a Europa hablen y defiendan a los ciudadanos de la calle, no las cuentas de los bancos, los intereses de las agencias, los resultados de las grandes empresas, las nóminas de los diputados… Europa es otra cosa. En esa otra cosa sí que creemos.

Parafraseando otro dicho africano, no queremos que Alemania nos eche una mano, nos basta con que nos quite el pie de encima. La Sra. Merkel ahora sentirá que se le han metido unas piedrecillas en el zapato; así no podrá continuar con su paso firme y rígido. Se verá obligada a cojear un poco. No será pequeña cosa si consiguen eso los diputados de los partidos recién llegados.

Por otra parte, a nivel local estas elecciones han dejado una perspectiva interesante. El electorado se ha disgregado como en el resto de España. Parece como un jarrón que se ha roto en muchos pedazos y que va a ser difícil unir trozos que sirvan para algo. Muchos votantes han dejado de oír las palabras vacías de los grandes partidos y han escuchado a los hablan el lenguaje de la calle, con la verdad por delante. Las elecciones locales se adivinan interesantes. Ya no habrá rodillos; habrá más opciones, más puntos de vista, más caras nuevas, que quiere decir más democracia. Van a ser unas elecciones muy animadas.

(*)Dícese de las elecciones que se celebran cuando nos tienen agarrados por el cuello.