Imagen de archivo de la presentación de los programas escolares de la Fundación Alonso Lozano. | Foto: Gabriel Gómez |

La Fundación Alonso Lozano ha cerrado el curso 2019-2020 haciendo un balance muy positivo de las actividades que se han realizado junto a los colegios de Cuéllar y el CRA de Peñafiel. Esto les lleva a plantearse extender su programa a otros centros educativos. Para ello precisa la implicación económica de las administraciones locales y provinciales, así como de las empresas y particulares del entorno “que entiendan este proyecto como una inversión de futuro para nuestros jóvenes”.

Las actividades que la Fundación actualmente desarrolla están destinadas a la infancia. Así realiza distintos programas aunque destacan el programa `Nana Alonso Lozano´ que se divide en dos acciones dirigidas a los centros escolares de Cuéllar y de Peñafiel. Actualmente invierte en estos programas unos 30.000 euros anuales.

La primera acción se denomina `Apoya´, y esta destinada a niños de familias con dificultades económicas, que no pueden permitirse ofrecer a sus hijos clases particulares. `Apoya´ consiste en ayudar a los niños, para que puedan mejorar sus calificaciones académicas mediante juegos, estudio y ayuda pedagógica, proporcionándoles las herramientas de estudio necesarias para que puedan llevar un nivel acorde con sus capacidades, ofreciéndoles la oportunidad para que aprendan a ser autosuficientes en sus clases y tareas. Este es un programa con el que en los últimos años se ha ayudado a más de 300 alumnos de todos los niveles. En concreto durante el curso académico 2018-2019 que acaba de concluir, han participado 77 alumnos de los colegios de Cuéllar.

La segunda de las acciones dentro del programa es la denominada `Niños integrad@s´, que se plantea como una ayuda directa a los centros escolares para que puedan dotar a los alumnos con desventajas sociales de todos los recursos necesarios para que puedan desarrollar su experiencia académica con éxito. Este proyecto se desarrolla en Cuéllar y Peñafiel desde el curso 2013-2014 obteniendo muy buenos resultados y consiguiendo que a los chavales no les falten elementos tan esenciales para el desarrollo educativo como pueden ser unas gafas, excursiones con el resto de sus compañeros, material escolar…

El equipo directivo de los colegios es el encargado de analizar cada caso para que las ayudas lleguen realmente a quien lo necesita, siempre con el visto bueno de la Fundación. Sólo se dan este tipo de ayudas a las familias de los alumnos con necesidades económicas reales y que tengan una actitud positiva ante los compromisos que exige la escolarización.

Estos programas se pueden desarrollar gracias a la colaboración e implicación de los propios centros educativos que son los que ayudan a ponerlo en marcha al iniciar el curso y detectan las verdaderas necesidades de los alumnos, además el grupo docente esta en contacto continuo con el equipo de la Fundación para conseguir los mejores resultados.

Desde la Fundación Alonso Lozano pretenden continuar realizando ambas acciones de cara al próximo curso e ir incorporando otras nuevas como la colaboración con el huerto escolar que intentaremos desarrollar junto al CEIP San Gil y su Ampa el próximo curso. Una herramienta educativa muy valiosa que fomenta el respeto medio ambiental, los valores ecológicos, el conocimiento de la sostenibilidad, se practican actitudes y hábitos de cuidado y responsabilidad…