| Tres de los residentes se encuentran a la espera de que se les realice el test de la COVID-19 y hay tres bajas en el personal del centro |

| La desinfección se ha realizado tanto en espacios exteriores como interiores de uso común |

|Foto: Gabriel Gómez | 

Un escuadrón del V Batallón de la Unidad Militar de Emergencias, UME, con sede en León desinfecta las instalaciones de la residencia de Ancianos El Alamillo de Cuéllar, una petición que desde el Ayuntamiento se realizó a finales de marzo, tras detectarse un positivo por coronavirus en uno de los residentes.

Otros escuadrones han actuado también en otros puntos de la provincia de Segovia como el centro de salud de Nieva y la residencia San Antonio de Padua en Navas de Oro.

La UME centra su actuación en los centros en los que se ha producido algún caso, como el de Cuéllar,  limpiando las zonas comunes que pueden haber tocado personas llegadas del exterior. Así en El Alamillo se han limpiado las zonas exteriores incidiendo en los bancos, los cubos de basura, los pomos de las puertas… En el interior han desinfectado los pasillos, los suelos, las barandillas, en los despachos además han desinfectado los teléfonos, los ordenadores, las sillas y los reposabrazos de las sillas de oficina…

 

Nuevos casos

El párroco de la villa, Fernando Mateo, ha señalado que hasta el momento no se ha producido ningún positivo más en el centro, donde a finales de marzo uno de los residentes fue trasladado a Segovia donde le realizaron el test que mostró que había contraído la enfermedad.

Mateo ha apuntado que en estos momentos los residentes continúan aislados en habitaciones individuales, y tres de ellos están esperando que se les realice el test de la COVID-19 ya que así lo ha determinado el médico de atención primaria al presentar algún síntoma compatible con la enfermedad. Del mismo modo ha señalado que entre el personal del centro hay tres bajas también por presentar algún tipo de sintomatología compatible con la enfermedad. En todos los casos no existe confirmación de positivo en la enfermedad.

El párroco ha subrayado la tristeza que este aislamiento está provocando en los ancianos. “Se van a morir de tristeza no de coronavirus”, afirmaba con pesar, apuntando que el estar encerrados en las habitaciones sin poder salir les provoca esa tristeza. Así, ha señalado también que las familias están nerviosas y llaman para interesarse por ellos.

Mateo ha destacado también el gran trabajo que están realizando las tres religiosas de María Inmaculada que gestionan la residencia “se están desviviendo con todos ellos”, ha dicho.