| Por Julia Montalvillo |
Este año se celebra la trigésimo sexta Feria Comarcal, como ya ocurre en los últimos años tendrá lugar en “El Ferial”, como se llamó a la explanada del Castillo ya en el siglo XIX, que recibió el nombre debido a las dos ferias anuales, una en el fin de semana siguiente a Semana Santa y otra un domingo de octubre, casi con seguridad ambas eran para comprar y vender animales: ovejas, cerdos, conejos, gallinas, burros, mulas, machos, equinos… los cuatro últimos son considerados “ganado de labor” o “para las tierras” o “para carretas”; en los años sesenta y setenta se produjo la mecanización de los trabajos agrícolas y en el transporte de los productos cultivados, con el cambio en la economía que sustentaban se dejaron desaparecer las ferias y ¿dejarlas caer en el olvido?. No, no cayeron en el olvido, porque la nueva corporación municipal, encabezada por Felipe Suárez, tuvieron muy claro que iban a recuperar una de las ferias, la del mes de abril y la llamaron Feria Comarcal con la intención de atraer vendedores y compradores; la iniciaron en 1985 con comercios de Cuéllar de alimentación situados dentro de la iglesia de San Martín y fábricas de mueble que colocaron en las aulas “los Quesitos” del Castillo. Aquel año fue el inicio de una experiencia que se ha prolongado 38 años, salvo los dos años que tuvo que ser suspendida por el COVID.
Parece increíble pero han transcurrido 632 años desde las dos primeras ferias que tuvieron lugar en mayo y octubre de 1391, aunque fueron concedidas estando en Segovia el 5 de septiembre de 1390.
El rey Juan I de Castilla “regnante en uno con la Reyna doña Beatriz, nuestra muger”, a petición del concejo, alcaldes, alguacil, oficiales y pecheros de Cuéllar concedió la celebración de dos ferias como las de Valladolid “porque la dicha villa sea honrada y mejor poblada” y apoyada por la reina a quien el rey le había cedido el señorío de la Villa y su Tierra en 1383. En la concesión que hace en la carta de privilegio, explica que tendrán lugar el 20 de mayo y el 8 de octubre, con una duración de 20 días cada una y hace protección a los participantes mediante el aforamiento y prohíbe que sean detenidos por deudas en otro lugar fuera de Cuéllar y su tierra, aunque fueran deudores de cartas de obligación (las letras a 30, 60 y 90 días) de cualquier cantidad de maravedís, pan (trigo, avena, cebada, centeno), paño u otro tipo de mercancía.
Queda un misterio sobre ellas: el lugar dónde se hacían, por unos documentos de apeo de propiedades del convento de Santa Clara, los linderos son de tierras en el “Mercado Viejo”, en 1535 hablan del cambio de una tierra con la iglesia de San Esteban “el campo que va del mercado viejo a la Llanada y el monasterio”. En 1555 se ubica en una tierra el batán “linderos con sus árboles y todo que afruenta en el arroyo que viene del mercado viejo e va al batán e afruenta al arroyo que sale de Santa Clara e va a la Trinidad”, refiriéndose al antiguo convento de la Trinidad. El mencionado batán, estaba situado en el entorno de la iglesia de San Sebastián y por las fechas que dan en el deslinde la situación de las ferias cambió de lugar por la expansión urbanística en “los arrabales”, la ubicación cambió hacia donde no se pudiera hacer; ¿dónde se trasladó desde el camino de Santa Clara?, sinceramente no he encontrado ningún documento que le sitúe, pero los documentos a los que he hecho referencia me llevaron a sospechar el lugar en el que estaban acampados los mercaderes, que venían a las ferias y el lugar más apropiado creo que se celebraba en el camino de las Lomas, por el Alamillo. Era un lugar con ninguna oportunidad de que la Huerta del Duque se viera rodeada de nuevas construcciones.
Como digo es una suposición y, espero no estar muy desencaminada.
Quiero aprovechar la ocasión para dar las gracias a todas las personas que están muy interesadas en el grado de mi recuperación del ictus, espero que os parezca bien mi primera publicación sobre un tema que se remonta al “año la polka” (los recuerdos y los dichos van llegando a mi cabeza un poco más deprisa), gracias a los de escuellar.es, que han sido tan sumamente considerados conmigo que van a publicarlo. Gracias a todos.