| Todos han podido conocer la historia de la figura y la del colegio que pronto celebrará su centenario |

| Fotos: Gabriel Gómez |

Los alumnos del colegio La Villa de Cuéllar celebraron el regreso a su patio de la estatua de la antigua fuente del centro. Es cierto que la estatua se colocó sobre un pedestal el pasado mes de julio, pero desde comienzo de curso los alumnos se han acercado a ella y a la historia del centro, el más antiguo de los tres con que cuenta ahora el municipio. Tanto que dentro de cinco años el colegio celebrará su centenario.

El edil de Medio Ambiente, Tomás Marcos, fue el impulsor de la restauración de la escultura, que fue retirada en 1967 del colegio cuando el patio se asfaltó y se suprimió la fuente. Después, pasó por un vertedero y hasta se utilizó para servir limonada en una peña de la villa, para tornar al colegio y ser utilizada para recoger las prendas perdidas en el pasillo de dirección. En una visita Marcos la descubrió y tuvo la ilusión de sacarla a la luz “y que representase la escuela en la que estáis“. Se refirió a ese próximo centenario indicando “este es el centro de referencia no solo de los colegios sino también de todos los institutos”.

Marcos quiso recordar al olombradeño Luciano Santos, quien se entusiasmó cuando conoció el proyecto del Ayuntamiento de recuperar esa escultura y devolverla a su lugar original. Agradeció también al equipo directivo del centro su implicación en la iniciativa y “vuestra acogida a este símbolo que estaba aquí en una fuente”. Como antiguo alumno del colegio recordó la fuente y el arbolado en torno al que jugaban en sus recreos, “nos hacíamos mayores tratando de tocar a estos niños”, dijo.

“He sentido muchísima satisfacción en este proyecto por la buena acogida que habéis tenido”, afirmó el concejal señalando como abuelos y padres han pasado por el centro contando sus recuerdos del colegio. Aplaudió que la silueta de la escultura sea el `logotipo´ del centro y agradeció a los alumnos el cuento que han realizado sobre ella.

El secretario del centro, Álvaro Catalina, dijo que la escultura pasa ahora “a ser una escultura de todo Cuéllar”, no solo de los alumnos y exalumnos. Repasó con los niños las distintas suertes que corrió la pieza desde que se retiró del patio del colegio, algo que los alumnos han aprendido en clase.

“Finalmente ha vuelto a su hogar, y nosotros nos sentimos muy orgullosos de formar parte de la historia de la fuente”, ese fue el sentimiento que manifestaron los alumnos en una de sus intervenciones. Todos recordaron el pasado de la escultura y celebraron su regreso.

“A los niños que serán abuelos y a los abuelos que fueron niños, para que nunca desaparezca su ilusión. A los maestros que nos enseñan a buscar la fuente de la sabiduría”, así dice la placa colocada sobre el pedestal de la estatua, y que fue descubierta por dos alumnos.  También recoge las palabras de Peter Pan “No crezcas es una trampa”, y el año de fundación de la Escuela de la Villa, 1928.

La concejala de Patrimonio, Maite Sánchez, se mostró emocionada “de que algo como la restauración de una escultura haya servido para conocer más vuestro colegio”.

El alcalde por su parte animó a los alumnos a disfrutar de la escultura todos los días, y se acercó a charlar con los alumnos de sexto curso que reclamaban columpios para el patio del centro.