| Han querido celebrarlo junto a Nicolás un alumno con TEA del centro |

Los alumnos del colegio San Gil de Cuéllar se vistieron ayer de azul para celebrar el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Una fecha que se conmemora cada 2 de abril, pero que como coincidió en periodo vacacional el centro lo recuperó ayer. Este año además, querían celebrarlo de manera especial ya que el colegio cuenta con un alumno en primero de infantil, Nicolás (4 años), padece este trastorno del espectro autista, TEA

La consigna dada desde el centro a los alumnos era vestir de azul “porque es el color con el que se identifica el autismo“. Además, se grabó un programa de radio en `Onda Gil onda´ con la participación del profesorado que trabaja de forma directa con Nicolás y su familia. En el programa participaron Beatriz, la maestra de compensatoria,  Esther, la representante del equipo de Orientación Psicopedagógico que atiende al centro y Laura, maestra de pedagogía terapéutica y audición y lenguaje. A ellas se sumó también Sandra, la madre de Nicolás.

Lo primero que explicaron el programa es qué es el TEA, un trastorno “que afecta a cómo las personas nos comunicamos e interactuamos con el entorno”, además se reseña que varía muchísimo de unas personas a otras. “Para reconocerlo no hay que buscar nada físico en los afectados, solo hay que fijarse en el comportamiento de esa persona”, explican. También manifiestan que no es algo que se pueda curar, sino que esas personas necesitan unos apoyos especiales toda su vida “para comprender el mundo de locos en el que vivimos”.

 

Nicolás

Los alumnos han podido conocer más sobre el caso de Nicolás, que aunque no habla mucho sí se hace entender y cada vez avanza más en su aprendizaje. En el cole, el pequeño una vez que conoce a sus compañeros ya comparte momentos con ellos, les observa, participa en actividades… Para llegar hasta ahí, Nicolás ha necesitado un tiempo para familiarizarse con todo. Ahora ya tiene sus rincones favoritos, le encanta asomarse por las ventas o sentir el aire en su cara. Se fija en todos los detalles y “aprende a conocer el mudo tocando y le pueden poner nervioso algunos sonidos o texturas”, entre sus sensaciones favoritas está la de tocar el pelo. Si se pone nervioso un gran abrazo suele calmarle, como sucede con cualquier persona.

“Conocer a Nicolás es una gran suerte”, señalan las profesoras del centro.

Además de escuchar ese programa, los alumnos realizaron otras actividades en las aulas.