| Sergio Galán y Guillermo Hermoso de Mendoza salieron a hombros del coso cuellarano |

| Por Francisco Salamanca|

Tercera de feria.

Toros de Fuente Ymbro, muy desiguales de presentación y uno de El Canario, de rejones, para Sergio Galán, oreja y dos orejas, puerta grande, Guillermo Hermoso de  Mendoza, dos orejas y algunos pitos, puerta grande y Adrián Venegas, silencio y aplausos. Media entrada larga. Exceso de palitroques en todos los toros en el segundo tercio. Actuaron y realizaron tres espectaculares pegadas los Forcados de Évora, tras el segundo tercio, en el primero, quinto y sexto.

Los toros de Fuente Ymbro protagonizaron un encierro por la mañana en el que sobresalió la bravura y la fuerza de los toros. Encastados todos, bravos hasta el final los dos primeros, el cuarto y el quinto, los otros terminaron en tablas o en chiqueros, incluido el de El Canario, el de menor presentación y juego. La banda volvió a brillar a gran altura.

Sergio Galán rompió plaza con un castaño que le desbordó en el segundo tercio, a pesar de los dos rejones de castigo que le propinó el madrileño. Con Capricho, quizá el mejor caballo de su cuadra, firmó lo mejor de la faena en banderillas. El de muerte cayó dos cuartas más allá del hoyo de las agujas y el público le concedió una oreja. Una más obtuvo de la presidencia en el cuarto, toreando de verdad a lomos de Bambino.

Guillermo Hermoso de Mendoza disfrutó del mejor lote del encierro. Cuidó con esmero a su primero, un solo rejón de castigo, luciéndose con Berlín y Ecuador (¡qué cintura!) en banderillas. Dos orejas tras rejón trasero. En el quinto lució a Extraño, un imponente caballo negro que muletea con la grupa. Perdió los papeles en el último tercio interrumpiendo a los forcados que no habían finalizado y clavando con alguno de ellos todavía en el ruedo. Falló a espadas descordando al toro y el público no entendió las prisas del puntillero. El pegador de los forcados, que dio la vuelta al ruedo, le invitó a acompañarle, disculpándose el navarro ante el público y cediéndole todo el protagonismo al portugués. Un detalle de corrección.

Adrián Venegas disfruta de otro nivel inferior al de sus compañeros de terna y se nota en el ruedo. Tirando de pundonor clavó lo que pudo al estribo (tres banderillas) y el resto fue correr delante de la cara del toro. Silencio y Aplausos. Vuelta al ruedo por su cuenta.