Los vecinos del barrio de El Salvador veneraron ayer a su patrona, la virgen de la Palma, en la misa que acogió el templo del barrio. Un espacio que  casi completó su aforo respetando las medidas de higiene y distancia de seguridad establecidas.

El párroco del municipio, Fernando Mateo, fue el encargado de oficiar la misa que estuvo presidida por la imagen de la virgen y a la que asistió el  mayordomo de este año, Luis Alberto Quevedo, que dadas las especiales circunstancias lo ostentará también en 2021. Algunos vecinos, incluido el mayordomo, vistieron los pañuelos blancos al cuello, con la imagen de la virgen de La Palma, que les acompañan cada año en los actos de esta fiesta también conocida como El Henarillo.

Mateo abrió su homilía refiriéndose a la virgen de La Palma y a la limitación en las celebraciones que la actual situación sanitaria impone. Ensalzó la belleza de la imagen y apuntó que precisa ser restaurada. “Ojalá que la tradición el año que viene tenga vida auténtica y suene la dulzaina y el tamboril”, concluyó,  tras recordar en sus palabras que en esa jornada se celebrada la festividad de san Vicente de Paul.

Tras la eucaristía resonaron en el barrio las campanas, un sonido que tradicionalmente anuncia el inicio de la procesión, pero que este año marcó la espera para las celebraciones del próximo año.