El 28 de febrero de 1999 entró en funcionamiento la primera red de calor alimentada por biomasa forestal en España y fue la de Cuéllar, una instalación pionera en su género. Ayer se cumplieron 20 años de esa puesta en marcha y para conmemorarlo el recinto de la planta de biomasa ha acogido hoy un acto conmemorativo en el que han coincidido quienes lo pusieron en marcha: quien fuera alcalde, Octavio Cantalejo, Rafael Ayuste, representante del Ente Regional de la Energía, EREN y Julio Artigas del Instituto para la Diversificación Energética, IDAE, y quienes la gestionan en la actualidad, el actual alcalde, Jesús García, la concejala de Medio Ambiente, Montse Rodrigo y el edil de Patrimonio, Luis Senovilla. Junto a ellos el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, el delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar, el director general de Calidad y Sostenibilidad Ambiental, José Manuel Jiménez, el director general de Medio Natural, José Ángel Arranz, otros concejales de los diversos grupos representados en el Ayuntamiento, así como representantes de AVEBIOM, y Gregorio Antolín de la Universidad de Valladolid.

El alcalde de Cuéllar ha señalado que “es de justicia reconocer a las personas que hicieron posible este proyecto pionero a nivel nacional utilizando biomasa como fuente de energía para calefacción y agua caliente sanitaria”. Así señaló que Octavio Cantalejo (PSOE) y su Equipo de Gobierno trabajaron duramente “para que esto fuera una realidad”. También ha reconocido el trabajo de los empleados de la planta que en este tiempo han hecho posible su funcionamiento, y a los usuarios les ha agradecido su confianza en el proyecto que recientemente han revalidado hasta 2033 con la instalación de contadores individualizados. Y al edil de Patrimonio, encargado de la gestión de la instalación desde su llegada al Ayuntamiento. También ha agradecido al IDAE la financiación de la planta y el apoyo desde sus inicios y al EREN y a la Junta por sus aportaciones en la inversión.

Ha recordado que desde 2015 se han invertido en la planta más de 300.000 euros, y en ese año la planta pasó a ser de propiedad municipal.

Julio Artigas, jefe Departamento Biomasa y Residuos del IDAE, ha rememorado las primeras fases del proyecto y como en los 90 realizaron 250 estudios de viabilidad económica en distintos municipios de tamaño medio y vinculados a los recursos forestales para poner en marcha una red de calor. Muchos de aquellos proyectos no eran viables pero si hubo 3 o 4 de distintas comunidades autónomas que lo eran. Así surgió en conversaciones con el Ayuntamiento la posibilidad de que el IDAE llevase a cabo la financiación, construcción y puesta en marcha de la planta.

“La inversión ascendió a 1,3 millones de euros de hace 20 años”

Suárez Quiñones ha calificado la red de la villa como “una iniciativa valiente y visionaria”, un proyecto importante a su juicio ya que fue la primera red que suministraba calefacción y agua caliente sanitaria a edificios públicos y privados y a viviendas privadas. Castilla y León, ha señalado, fue pionera con esta instalación siguiendo la estela de algo que ya funcionaba en Europa, principalmente en los países del este. “La inversión ascendió a 1,3 millones de euros de hace 20 años”, ha dicho el consejero y “hablamos de un esfuerzo que dio un resultado óptimo”. Ha recordado que la planta suministra calor y agua caliente a 228 viviendas de 6 comunidades, a 5 instalaciones municipales (pabellón polideportivo, frontón, centro cultural Santa Clara, piscina climatizada y colegio público Santa Clara). Ha destacado como hace ya 20 años “se hablaba de cambiar los comportamientos lineales por circulares para luchar contra el cambio climático”.

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Estado actual de la planta de biomasa de Cuéllar. | Foto: Gabriel Gómez |

El consejero ha subrayado que se eligió, para esta instalación la villa, con 16.000 hectáreas de pinares “la superficie de pinos resineros más importante de Europa”, una superficie que ha explicado genera residuos, que es la biomasa “un residuo que se ha convertido y tiene que convertirse en un recurso incorporado a la cadena de producción, en este caso de energía térmica”.

“Castilla y León desde entonces ha ido caminando a paso firme” ha afirmado Suárez Quiñones, recordando que recientemente junto al consejero de Sanidad ha visitado la red de calor pública más importante de España, que es la de la Universidad de Valladolid, realizada por la Junta y “que alimenta a 27 edificios públicos de la Universidad de Valladolid y a la que hemos enganchado el Clínico de Valladolid, el hospital más grande de España que tiene el 90 por ciento de su energía térmica servida por una red de calor con biomasa”. A esta red se sumará tres edificios más de la Universidad. También se ha referido a la primera red de calor industrial de España que se ha puesto en marcha en Villalonquéjar, en Burgos.

El consejero ha apuntado que ahora son 150 los edificios públicos en la región enganchados a una red de biomasa y en esta legislatura se han invertido 8 millones de euros en 14 instalaciones.

 

Planta de Cuéllar

El responsable de Fomento ha recordado que la planta de la villa consume 2.500 toneladas de biomasa forestal al año generando 5,5 millones de kilovatios y ahorrando 535.000 litros de gasoil al año y la emisión a la atmósfera de 1.580 toneladas de dióxido de carbono anuales.

Desde 2013 es la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente, Somacyl, la encargada de gestionar la planta. Encomienda que realizó el Ayuntamiento para implantación de mejoras en la red de calor y para gestionar la operación del sistema por un periodo de 10 años. La mejora supuso una inversión de 270.000 euros.

Las actuaciones que se acometieron fueron: dotación de variadores de frecuencia a los motores de bombas y ventiladores de la central para reducir consumos eléctricos; establecimiento de un sistema de telecontrol programable; mejor gestión de la combustión; reparación de varios elementos de la central con hormigón refractario; e instalación de contadores individuales de energía en los edificios municipales y en cada una de las viviendas conectadas al sistema, para desglosar y repartir costes entre los usuarios.

En 2015, esta red de calor fue incluida dentro de un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad denominado ‘GIRTER’ para el desarrollo de una herramienta de gestión energética inteligente y de ayuda a la explotación de redes de calor y frío capitaneado por Somacyl y la Universidad de Valladolid.