Pablo Quevedo.

| Por Pablo Quevedo Senovilla |

Querida Greta,

Yo ya he cumplido los 80 años y he pasado por casi todos los avatares industriales y tecnológicos que han cambiado el clima.

Esta evolución que tan negativamente está afectando a nuestro planeta la he vivido de cerca. La impotencia de no poder hacer nada para impedirla me lleva a un sufrimiento permanente.

Admiro tu valentía y tu decisión de poner el máximo empeño en construir un mundo mejor para todos. Lo tienes prendido en el alma. Será difícil que tu vida cambie y optes por la comodidad de verlo todo sentada en el sillón de casa. Seguirás adelante en tu compromiso con tus principios e ideales. Deseo que seas feliz y ojalá puedas cumplir todos tus sueños.

Confío en que elijas el sendero adecuado que te dé las fuerzas para seguir adelante, dentro de un monte con grandes árboles, en los que frotar tus manos para impregnarte de su sabiduría y para hacer frente a esta desordenada vida.

Entrégate al mundo natural y disfruta entre flores, manantiales de aguas cristalinas, plantas aromáticas, bellas mariposas y pajarillos en sus balcones cantando y revoloteando a tu alrededor, como queriendo decirte algo al oído. Canta tú también con ellos y háblalos de tus deseos y anhelos.

Cuánta hermosura defiendes con tus palabras cargadas de verdad y sinceridad. Estás empezando, te queda un largo camino por delante, pero en algún momento obtendrás la satisfacción de que toda tu lucha no va a ser en vano.

Mi tiempo se agota y seguramente ya no estaré aquí para presenciar lo que persigues. Entretanto, quiero sumar mis fuerzas a las tuyas en esta batalla por la esperanza de un paraíso en el que vivir… si queda algo.

Son muchos los frentes en los que luchar y no solo el del cambio climático. La basura en el mar, las aguas residuales mal depuradas, los insecticidas y fungicidas, la tala indiscriminada de árboles, las energías no renovables, las aguas subterráneas contaminadas, los incendios, la progresiva desaparición de especies… y, sobre todo, el freno a las emisiones de dióxido de carbono, culpable del efecto invernadero.

Es verdad que es urgente actuar. Y tal vez haya que dejar de hablar de cambio climático para llamar las cosas por su nombre. Como aseguran los expertos, estamos ante una auténtica emergencia.

Seguramente revertir la situación resulte ya imposible, pero mitigar sus efectos aún está en nuestras manos.

Querida Greta, todo el ánimo y suerte. Que nada ni nadie roben tus sueños.