Laura del Río, alcaldesa de Gomezserracín, durante una reunión del a Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar. | Foto: Gabriel Gómez |
| Por J. Ramón Criado |
A la señora alcaldesa de Gomezserracín la pillan en un renuncio y lejos de asumir su error saca pecho y justifica sus actos con escusas no pedidas. Deduzco que lo que sí ha aprendido bien en sus años como representante de su municipio es a defender lo indefendible, como una buena (o mala) política, a lo que estamos ya muy acostumbrados porque es regla general en cualquier escala de la política.
Yo no estoy autorizado a coger una vía (ni se me ocurriría), no soy del gremio sanitario, pero ya sabemos que la Historia es como “dehesa de concejo”, donde todo el mundo entra. Como historiador, sé muy poco, pero es que usted lo ignora todo por creerse en la verdad absoluta y por tener qué sé yo qué master obtenido en la USBG (Universidad de San Benito de Gallegos).
Las afirmaciones que ha vertido son ofensivas y se caen por su propio peso. Insulta a la inteligencia cuando afirma que Franco no se levantó contra un gobierno legítimo (vulgo, golpe de estado) y justifica el alzamiento porque “los otros querían aferrarse a su sillón”. Ignora que fue el Caudillo el que alargó innecesariamente la Guerra Civil, pues su objetivo era justamente ese, afianzarse en el poder eliminando a sus competidores internos y hacer más larga la represión de los contrarios. En el bando republicano, también a Negrín (doy por supuesto que sabe de quién hablo) le interesó alargar el conflicto, pero a este por motivos distintos que puede consultar en un buen manual de Historia.
Y con ello quiero que perciba que trato de ser imparcial, aunque luego cada uno es muy libre de formar su propio concepto y opinión, que yo no le niego a usted, pero no seamos sectarios.
Me ha indignado su totalitarismo pues siendo usted la que no ha contrastado sus ideas (o leído poco) acuse de ignorantes a los demás con esa vehemencia. Es usted el más claro ejemplo de que no hay nada tan atrevido como la ignorancia (histórica).
Me he tomado este tiempo para contestarla porque intuyo que no debe estar muy acostumbrada a que le rebatan sus opiniones. Usted tiene derecho a su vida privada, no lo pongo en duda, y es a la alcaldesa de Gomezserracín a quien me dirijo, no a la Sra. del Río, así que no se lo tome como algo personal, pero cuando alguien representa a su pueblo, debe de tener más cuidado con lo que dice y hace. Le aconsejo que después de su fallo, y para disfrutar más y mejor de su vida privada, de un paso a un lado y, si no piensa dimitir, no se vuelva a presentar para alcaldesa.
Para terminar, como carracillano paseo por su pueblo y veo que aún en el callejero quedan nombres que habría que purgar del mismo, asunto que en sus dos legislaturas ha obviado. Pero le confieso que sigo sin averiguar quién diantres fue el Doctor Redonet.
