Abril es el nombre de la perra de raza labrador que acercó al IES Marqués de Lozoya un programa de apoyo educativo asistido por perros que ya se implanta en diversos centros, entre ellos el colegio Alvar Fáñez, de Íscar en Valladolid.

Junto a su propietaria, Marta Sanz, Diplomada en Magisterio, especialista en Educación Infantil y especializada en intervenciones asistidas por perros presentó el programa a profesores y alumnos. Estos últimos se mostraron encantados de recibir a Abril en sus aulas y en otros espacios del centro como el hall, y disfrutaron acariciándola y dándola de comer.

Ana Alejo, directora del instituto, apunta que fue una experiencia muy bonita que hizo que algunos alumnos llegaran a emocionarse mostrándose en conjunto encantados con la experiencia.

 

Recurso

La intervención educativa asistida por perros es un recurso que permite enriquecer a los alumnos de un centro educativo con necesidades especiales, y mejorar sus resultados personales mediante la provisión de los apoyos adecuados, a través de la planificación centrada en la persona.

El programa se posiciona como un recurso capaz de crear espacios de aprendizajes diferentes e idóneos, con un soporte pedagógico y metodológico enriquecedor y evaluable, gracias a la aportación de un estímulo vivo, el perro de apoyo.

Este programa se presenta con la finalidad de proporcionar a los alumnos de un centro educativo los apoyos necesarios para favorecer su desarrollo personal y potenciar la adquisición de habilidades, destrezas y competencias necesarias para mejorar el funcionamiento en su entorno. 

Pretende ser un recurso para profesores de apoyo, profesores, tutores, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y para el departamento de orientación de los centros.

Se trata de un programa funcional, práctico y adaptado a la filosofía y valores de cada centro cuyos objetivos principales son: favorecer y mejorar las habilidades funcionales de los alumnos, mejorar los niveles de autonomía personal e independencia, favorecer las relaciones sociales y la empatía, favorecer la comunicación y el lenguaje, fomentar la motivación y el interés por el aprendizaje y crear espacios de aprendizaje diferentes y motivadores y aportando un elemento motivador y dinamizador (el perro de apoyo) para la consecución de dichas metas.

El programa se puede aplicar dentro del aula ordinaria como refuerzo para los contenidos trabajados por los profesores o fuera del aula, de manera individual o en pequeño grupo.