Carlos García junto a la réplica de la virgen de el Henar, que se ha instalado en el claustro. | Foto: Nuria Pascual |

| El domingo tendrá lugar su misa de despedida junto a otros actos de homenaje a su labor |

El santuario de El Henar es un espacio de acogida y con los brazos abiertos ha recibido el rector Carlos García a cuantos se han acercado por allí desde su llegada, en septiembre de 2020. Antes de su partida, el 1 de agosto, visitamos junto a él santuario y nos cuenta cómo ha vivido esta etapa en El Henar.

Como “trepidantes e inesperados” define García estos casi tres años que ha pasado al frente el santuario. Un periodo que cerrará el domingo, con una misa a la que acompañarán diferentes actos de agradecimiento por su trabajo.

“Yo vine como año sabático, a recuperarme física y mentalmente de unos cuantos años que habían sido muy duros”, asegura el rector. Así, su idea era de tener un tiempo de descanso y atender al santuario sacerdotalmente, pero a su llegada se encontró con el documento de la coronación canónica de la Virgen de El Henar, fechado el 25 de junio de 1972, “y como historiador se me fueron los ojos a la fecha, y en menos de un año se cumplían 400 años de ella”. “Ese es el embrión del Año Jubilar Henarense“, aseguró.

Con ilusión recuerda ahora García los actos y actividades conmemorativas del Año Jubilar “y cómo la virgen ha ido y ha levantado tantísimos ánimos en tantos pueblos y devotos”. Todo ello fruto de un “trabajo ímprobo” y “ajeno a lo que venía dedicándome que eran mis clases, mi investigación en archivos…”, señala.

Tras el Año Jubilar, el trabajo en el recinto ha continuado con la puesta a punto de algunos aspectos que quedaron aparcados con las celebraciones. “Hasta el último momento seguiremos intentando dejar todo a punto para la nueva fase que se inicia en el santuario con las nuevas moradoras, el Instituto Secular Notre Dame de Vie”.

Tras décadas fuera de su Cuéllar natal, García asegura que nunca perdió su espíritu cuellarano. Recuerda cómo su padre “que ha sido un cuellarano ilustre” siempre llevaba el nombre de Cuéllar a todas partes “con muchísimo orgullo”. Él fue quien le contó mucho de lo que conoce de El Henar y ahora ha podido comprobarlo “viendo los pueblos, la reacción de las gentes, cómo se vive el folclore…”.

“Para mí fue sorpresivo venir a mi tierra”, apunta, detallando que hace menos de un mes celebraba el 30 aniversario de su ordenación sacerdotal. “Mi primera misa la celebré a los pies de la Virgen de El Henar y pasados 30 años estaba celebrando misa a los pies de la Virgen como rector del santuario”, indica, rememorando como hace tres décadas el santuario vivía el apogeo de los padres carmelitas y era impensable que fueran a salir de allí y llegar él como rector.

El rector asegura que han sido años “muy gozosos”, que le han permitido “el reencuentro con mis raíces, con mi generación”. Añade que “todo lo que se ha podido hacer por el santuario ha nacido de muchísimo amor a la virgen, al santuario, a toda la zona”.

No se olvida de las dificultades que se han pasado en estos años y de las que se ha salido, algo que agradece a la virgen.

“Un propósito mío siendo cuellarano es que el santuario fuera más allá de Cuéllar, lo que siempre fue”, afirmó, indicando que debían mantener ese tono universal que los padres carmelitas también tuvieron.

“Para mí ha sido un gozo enorme el amor de mis paisanos” dijo con la voz quebrada por la emoción y añadiendo que también está recibiendo el cariño de la gente de los pueblos.

 

Milagros

El rector asegura haber sido testigo de milagros en estos años en El Henar “y soy una persona de ciencia y muy crítico en mis investigaciones”. “Milagros físicos, con niños que han recobrado la salud invocando a la virgen”, asegura recordando el caso de una pareja que acudió a pedir a la virgen por la salud de su hija antes de que naciera, y tras venir al mundo sanó de su enfermedad.

También señaló que ha visto otro tipo de milagros obrados por la virgen “que no se ven, pero que no son menos milagros”. Así recordó que familias enfrentadas desde hace décadas por herencias u otras cuestiones se han reconciliado delante de la virgen en su peregrinar por los pueblos.

 

Tareas pendientes

Entre las tareas pendientes se queda con la espinita de no haber podido conseguir la vitrina para exponer el manto de la orden de Carlos III, recién restaurado, y también haber podido restaurar los frescos del crucero del templo. También, dijo que se queda en el tintero el objetivo “de que el santuario no solo fuera un ámbito cultual sino también cultural”, con la promoción del folclore, la puesta en marcha del claustro como centro de espiritualidad, que se hará, y promover los caminos de El Henar por toda Castilla y otras rutas desde Francia o Italia que lleguen a El Henar.

 

Despedida

“No me voy lejos pero ya no voy a estar aquí a los pies de la virgen”, dijo con pena. Asímismo, recordó como cada mañana antes de abrir la puerta del santuario la primera salve que recibía la virgen “era la del rector, y en ella rezaba por todos y cada uno de los que iban a pasar por el santuario ese día”. Al cerrar el santuario “la última salve era la del rector, y era de acción de gracias y recopilando todas las peticiones que le pudieran haber presentado a la virgen”. Ahora, señala que estará a disposición de los nuevos responsables del santuario en lo que necesiten.

García se incorporará a la Basílica de la Gran Promesa de Valladolid en los próximos días, eso sí llevara a la virgen de El Henar con él y asegura que volvería “si el señor me lo pide”. “Sería mi deseo íntimo acabar mis días a los pies de la virgen”, aseguró, y le gustaría también descansar junto a sus padres en el cementerio de la villa.