Los asistentes aprendieron a interpretar su facturas de la luz. | Foto: Gabriel Gómez |

Saber interpretar correctamente la factura de la luz, conocer los diferentes conceptos por los que pagamos y también el consumo de los principales electrodomésticos, es fundamental a la hora de poder poner en marcha medidas para  alcanzar un ahorro energético en el hogar. Así lo pusieron de relieve Trinidad Brunete y Juan Manuel Lafora, miembros de Cruz Roja Segovia en la charla organizada por la Asociación de Vecinos La Cuesta El Salvador.

Facturas en mano el primer concepto que mostraron fue el conocer el tipo de mercado de electricidad de nuestro contrato: libre o regulado. “Es un concepto clave”, señalaron ya que eso varia el coste de la electricidad que se consuma. La del mercado libre es la tarifa PVPC, con un precio que cambia hora a hora y día a día según la oferta-demanda entre quienes producen energía (la compañía generadora) y quienes la venden al consumidor (la comercializadora). En el mercado libre el precio lo fija la empresa, que lo publicita y lo pone en el contrato, como ocurre con otros servicios. Ambos mercados comparten sin embargo los peajes de acceso que fija el Gobierno y sirven para pagar lo que cuesta mantener la red eléctrica y hacer llegar la energía hasta tu casa y los impuestos: el Impuesto Especial sobre la Electricidad (5,11%) y el IVA (21%).

También explicaron la diferencia entre potencia (kw) y energía (kwh). Así apuntaron que la potencia es “la capacidad de consumo que contratamos”, para determinar cuál es la idónea para nuestro hogar es importante tener claras nuestras necesidades analizando los electrodomésticos que tenemos, el uso que les damos y su consumo. Esto último señalaron que puede consultarse en las instrucciones de cada aparato. Reducir la potencia se traduce en ahorro en la factura de la luz.

Durante la charla se realizó un estudio detallado de la información que aparece en las facturas. La identificación de la empresa y el resumen del importe a pagar en la parte superior, junto a otros detalles como el periodo al que se refiere la factura o el número de contrato. Más abajo ya aparece el desglose del pago por conceptos, entre ellos por la potencia que tenemos contratada y por la energía consumida que son los dos conceptos en los que se puede ahorrar. Figuran también en ese apartado los impuestos: el de la electricidad, el alquiler de los equipos de medida y control y el iva.

Un diagrama de barras indica también en esa zona intermedia del documento de pago el consumo acumulado del año con un detalle mes a mes, además del consumo del periodo, que se calcula con la diferencia  entre la lectura anterior y la actual en kwh del contador.

El siguiente bloque recoge los datos del contrato, entre ellos el tipo de contrato y el peaje de acceso o tarifa. El más habitual es el 2.0A orientado a consumidores que realicen un consumo eléctrico repartido de una forma más o menos equitativa a lo largo del día. La tarifa 2.0DHA es una tarifa de luz  disponible para los clientes que tengan contratada discriminación horaria en dos periodos, verano e invierno donde el coste varía en función del horario de consumo. Ambas tarifas so  para clientes que posean una potencia contratada inferior o igual a 10kW.

La parte posterior de la factura contiene información sobre a qué se destina lo que paga el cliente por la factura: coste de producción de electricidad, impuestos aplicados y costes regulados, y también detalla otros  importes como la facturación por energía consumida y la contratada.

Subrayaron la importancia de conocer el consumo de los dispositivos que hay en el hogar y en caso de ser inferior a la potencia contratado señalaron que se puede realizar un cambio de potencia al año.

 

Bono social

Explicaron también que el bono social es un descuento que fija el gobierno solo para el mercado regulado. Un descuento dirigido únicamente a determinadas rentas y situaciones sociales que puede conllevar un ahorro de entre el 25 y 2l 40 por ciento de la factura eléctrica según sea la situación de vulnerabilidad de la unidad familiar.

El bono debe solicitarse por teléfono, correo electrónico, correo ordinario, o fax directamente a comercializadora con la que se tiene contratado el servicio. Ellas tienen la obligación de ofrecer y financiar el bono social.