El caballero D. Pablo Hermoso de Mendoza se retira del rejoneo, cuelga los trastos de torear y la verdad, es tal la huella de su paso por la Tauromaquia que su gira de despedida de los ruedos, setenta festejos en México y no menos en España, está superando cualquier expectativa. El estellés está cosechando el reconocimiento sincero del público que le devuelve parte de lo dado en el ruedo en sus treinta y cinco años de alternativa.
El próximo martes 27 de agosto, a las doce y cuarto de la mañana y en su presencia, se le rendirá un homenaje en la puerta grande de la plaza de toros de Cuéllar con el descubrimiento de un azulejo conmemorativo.
El Ayuntamiento de Cuéllar y la Peña Taurina ‘El Encierro’ son los promotores de esta iniciativa abierta a cualquiera que quiera compartir este agradecimiento. Por la tarde se despedirá de los cuellaranos y aficionados en el ruedo, a caballo, con los toros portugueses de Romao Tenorio, compartiendo cartel con Lea Vicens y su hijo Guillermo.
La vinculación del navarro con Cuéllar comenzó en 1994, cinco años después de que Manuel Vidrié, otro monstruo del rejoneo, le cediera los trastos en Tafalla. Aquel año compartió cartel con Joao Moura y los hermanos Luis y Antonio Domecq con una corrida de Luis Albarrán.
Dieciséis tardes ha hecho el paseíllo, desde entonces, en nuestra plaza de toros, siendo el torero, en este caso a caballo, más cartelado de la historia de la feria cuellarana.
En el recuerdo, las dos puertas grandes de 2008 y 2009 con los de Benítez Cubero y Pallarés, junto a Fermín Bohórquez y Diego Ventura, y sobre todo la actuación con los correosos toros de Esteban Isidro, uno de los mejores encierros corridos en Cuéllar, en 2011 donde destapó el tarro de las mejores esencias del toreo a caballo.
Doce hierros diferentes de encastes tan variados como Gallardo, Murube, Domecq, Hidalgo Barquero y Vega Villar forman parte de la estadística del rejoneador en esta plaza.
Pablo Hermoso de Mendoza recibió en 2016 la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes, con el asentimiento general de público, aficionados y mundo del toro. Sus aportaciones al rejoneo están vinculadas con la profundidad de los terrenos del toro que ha pisado, con la extraordinaria complicidad demostrada con sus monturas y con la quietud y torería de sus encuentros con el burel.
