Eduardo Sanz, en el Hospital de Segovia donde se recupera.

Eduardo Sanz, en el Hospital de Segovia donde se recupera.

La cogida del cuellarano Eduardo Sanz “Bikini” ha sido la más sonada de las habidas en los cinco encierros de las fiestas. Y lo ha sido, no por su gravedad, sino por lo conocido que es este corredor entre los vecinos de la villa. Sanz se muestra muy agradecido por todo el interés y preocupación que los vecinos de la villa, amigos y conocidos han mostrado por su estado desde el pasado lunes y seguro que recordará siempre todas las muestras de cariño que le han transmitido a través de sus familiares.

Sanz continúa hoy ingresado en el Hospital General de Segovia, donde fue derivado el lunes tras ser intervenido, curado y suturado en la enfermería de la Plaza de Toros. Una cornada con dos trayectorias, de al menos 10 y 4 centímetros, que le produjo uno de los novillos de El Canario cuando corría en la calle Las Parras y que le llevó el miércoles a volver a pasar por el quirófano para colocar un drenaje y evitar la infección generada. Indica que aún no puede andar bien, ya que precisa de un andador para desplazarse, aunque se encuentra mejor. A pesar de ello su evolución es positiva y previsiblemente permanezca hospitalizado hasta después del fin de semana.

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Momento en que es alcanzado por el novillo |Foto: Nuria Pascual|

Sanz recuerda que el lunes no pensaba correr, su idea inicial era retirarse ya, pero ese gusanillo de aficionado le hizo iniciar la carrera en la Plaza de los Coches,  como siempre hacía ascendiendo por el lado derecho de la calle Parras. Señala que los novillos le fueron ganando poco a poco terreno, principalmente había bueyes pero entre ellos algún novillo “y cuando llegué a la altura de la Sabina (ahora una agencia de viajes) me fueron cerrando hacia mi lado con la mala suerte que tuve que pegarme un poco a la pared y una persona que estaba en el vallado me dio un toque no para tirarme al medio pero si para perder el equilibrio”. “Me fui al refugio de la pared y cuando me di la vuelta vi un toro que venía hacia mi ya.. y dije aquí estoy vendido”. Señala que le dio un fuerte golpe y enseguida notó el pinchazo y supo que tenía cornada aunque no el alcance de la misma. “Me refugié rápido por debajo de la valla y enseguida la gente del pueblo me ayudó. Allí no había asistencias médicas que tardaron un poco más”. Asegura que le bajaron en volandas por la calle del Rosario hasta la Plaza de Santo Tomé donde le recogió una ambulancia que venía de El Embudo y le llevó a la Plaza. “Allí vieron que era una herida grave pero no de importancia

Como curiosidad, Sanz apunta que no llevaba su “camiseta talismán” de su peña de amigos, sino que llevaba otra del mismo color, incluso parecida pero… Además ésta ha sido su primera cornada, porque señala que ha tenido empujones y sustos en esa misma calle. Aún es pronto para él para afirmar que no volverá a correr, pero  se lo pensará principalmente por su familia.