Hoy ha fallecido en Vallelado a los 81 años de edad, Luis Baeza, precursor e impulsor del juego de pelota en la localidad de Vallelado. Baeza es además el primero de una saga de pelotaris ya que su hijo Carlos y su nieto Carlos le han seguido en la práctica de este deporte.
El funeral tendrá lugar mañana jueves 3 de septiembre a las 13.00 horas en la iglesia Parroquial de Vallelado y seguidamente recibirá sepultura en el cementerio de esa localidad.
Luis Baeza inició en su infancia su relación con la pelota en un tiempo en que en Castilla la práctica de este deporte estaba extendida. En los sesenta se introdujeron las herramientas y pronto Baeza comenzó a destacar en su manejo
Inicio su andadura como jugador federado en la provincia de Valladolid donde jugó varios años para pasar después a Segovia junto a su hermano Carlos con quien formó pareja durante muchos años.
Reclamado por Segovia al iniciar esta provincia su andadura federativa, se llevó consigo a su hermano Carlos, formando pareja durante muchos años.
Fue el principal impulsor de la construcción del antiguo frontón de Vallelado en 1972 y posteriormente en el 79 y 80 cuando desde su puesto de alcalde contribuyó al cerramiento del mismo , consiguiendo que este fuera uno de los primeros frontones cubiertos de la provincia. Este frontón cubierto provocó el auge de la pelota en Vallelado y fomento el desarrollo de campeonatos allí.
Además de jugador, fue utilero, entrenador, animador… de los jugadores del Club local que hace unos años le hizo un homenaje.
Hacemos llegar nuestro pésame a la familia de Luis a la afectiva y a la de la pelota que lloran su pérdida.
Nos deja un buen hombre, impulsor del juego de la pelota en toda la comarca; una de las personas que ha propiciado que un pueblo de apenas 800 habitantes como es Vallelado se conozca y para bien en toda España como cuna de extraordinarios deportistas; un gran emprendedor que además nos deja el legado de sus hijos y nietos, a los que ha trasladado su amor por el deporte, así como su honradez, capacidad de trabajo y sacrificio; un extraordinario amigo al que siempre recordaremos con su sonrisa, su amabilidad y su disposición a echar una mano allí donde se le necesitase. Descanse en paz, Luis Baeza.