El periodista taurino, Miguel Ángel Moncholi, elogió ayer en los coloquios posteriores al encierro, en los que actuaba como moderador, el desarrollo y la organización de los encierros de Cuéllar, un festejo que vivió desde la suelta en los corrales del Cega hasta su llegada a las calles. “Hoy he conocido un Cuéllar complicado, y me hace llevarme la sensación de que ustedes sí que saben”, afirmó. Asímismo señaló que tanto el encierro del martes como el de ayer fueron complicados y mostró su interés por conocer cómo funciona la organización cuando hay problemas. Felicitó también a los caballistas por el trabajo desarrollado.

Moncholi defendió la fiesta y los festejos taurinos “es algo que tenemos que mantener sea como sea porque es nuestro”, afirmó añadiendo “realmente es lo que define a España, por mucho que los políticos se empeñen en quitarnos la fiesta y se niegue a verlo como el segundo espectáculo de masas en España”. “Es una forma de expresión del pueblo español, le pese a quién le pese”, dijo.

En este tercer coloquio se contó con la intervención de Miguel Ángel Castander, pastor, corredor y empresario taurino, Manuel Blanco de la Asociación Encierros de Cuéllar, el torero cuellarano, Javier Herrero, el corredor Jose A. Ovejero y los caballistas Ernesto Fernández y Ángel Senovilla.

Ovejero señaló ser un simple aficionado que desde hace unos años dedica parte de sus días de vacaciones a las fiestas de Cuéllar, un lugar donde se siente uno más. A su juicio el de Cuéllar “es el encierro de toda la vida” en el que se trasladan las reses desde la dehesa por el campo hasta el lugar de la lidia. “Cuéllar existe y resiste”, concluyó.

Senovilla aportó su visión de caballista señalando que ellos en el encierro pendientes de su  seguridad, de la del caballo y del toro, de no dejarle que se vaya. Subrayó que cada año hay que luchar para que los encierros salgan mejor. Para Moncholi el número de caballistas no es un problema “si no molestan”.

Ernesto Fernández afirmó haber sido corredor antes que caballista, lo que le ha servido para darse cuenta de los muchos factores que influyen en la conducción por el campo.

En el coloquio se puso de relieve el encierro como un festejo en el que caballistas y corredores se miden con los astados pero sin torearles, recortarles, ni tampoco  tratando de hacerles avanzar mostrándoles trapos ya que aprenden y desarrollan un  sentido que luego muestran en la lidia. “Un encierro correctamente realizado no tiene que perjudicar a un toro”, afirmó Moncholi. “Si un encierro ha sido malo debe bajarse el listón  de exigencia en plaza”, señaló.

Castander incidió en la idea de que  bajo ningún concepto se puede en un encierro sacar una muleta, trapo… a un toro de lidia y defendió el uso de la vara por los pastores ya que los animales están habituados a su uso en el manejo en el campo. Javier Herrero afirmó que “el público paga por ver un espectáculo lo más íntegro posible”.

Entre el público del festejo se encontraba  la presidenta del Club Taurino New York City, Lore Monnig, quien también tuvo ocasión ayer de presenciar la suelta, en los corrales del Cega, y seguir el desarrollo del encierro. Monnig calificó  el encierro como “impresionante”.

Moncholi cerró el coloquio con un recuerdo hacía todos los fallecidos en espectáculos taurinos este año, centrándose en el vecino de Rentería que falleció en el primer encierro del ciclo cuellarano “su muerte no puede caer en vano, debe incitar a todos a pensar que el encierro es peligroso, el toro no es una mascota, puede matar” afirmó añadiendo “que en consecuencia la vida de este hombre sirva para que todos respetemos más al toro y más la vida”.