|Por Alberto Escribano Martínez|

Para tiempos revueltos no hay nada mejor que recurrir a Robert Allen Zimmerman para templar ánimos, reconducir esfuerzos y esforzar la capacidad productora de ideas en pos de alcanzar una meta más elevada que las banalidades que el sistema nos ofrece en forma de mercancía exclusiva de una elitista minoría de privilegiados a la que nos enseñan a querer aspirar.

Se nos acabaron los plácidos veranos en 2009 cuando el “socialtimorato” ZP anuncio la contrarreforma laboral que dio pie a que ya ni en verano las élites políticas que pisotean nuestros derechos y libertades para sembrar la sociedad de precariedad y miseria a la que nos quieren abocar sin darnos un respiro. Y desde ese 2009 llevamos viviendo veranos movidos por globos sonda y anuncio de medidas represivas contra la ciudadanía por parte de los diferentes gobiernos de España que han trabajado sin descanso por legislar a favor de los diferentes poderes fácticos nacionales e internacionales en detrimento del pueblo español.

Este Verano hay de todo y no para el carrusel de la derecha para seguir golpeando a la clase trabajadora. Lo último aquello del alcalde más votado, un síntoma más del miedo al cambio real que el bipartidismo manifiesta en cuanto tiene ocasión. Sobre esta medida puedo decir que el tiro puede salirles por la culata, ya que se están acercando las posturas de los distintos grupos políticos y sociales de oposición al régimen del 78 para conformar candidaturas de consenso y unitarias de cara a las municipales de 2015.

Pero realmente cuando yo miro al viento espero la respuesta de que hacer a partir de Septiembre, porque como Bob nos cantó la respuesta está en el viento amigos. ¿Y cómo sopla el viento últimamente? Pues no es nada halagüeño lo que nos trae el viento, después de ver a la Merkel repartir sonrisas a diestro y siniestro al lado de Mariano, que se sentía como un novio dichoso y radiante ante la vida que le espera (consejo de administración, conferencias en universidades privadas, quizás un busto en FAES…). Y mientras la parejita visitaba al apóstol, Pedrito “el renegado” refunfuñaba por no haber sido invitado y hablaba a distancia de cómo arreglar esto con las mismas fórmulas que están haciendo que se vaya al carajo y no tenga ni siquiera la delicadeza de disimular un poco como sus colegas Madina o Tapias.

Los hechos son los que son y son así entre otras cosas porque más dóciles no nos pueden tener. En septiembre volveremos al recorte semanal y cada afrenta a la ciudadanía no puede seguir teniendo el silencio como respuesta. El viento pinta mal y nos toca enfrentarle de cara, y sabemos que avanzar en esas condiciones es más complicado pero es la manera. Podríamos seguir engañándonos a nosotros mismos o pasar a la ofensiva y revisar la historia para hacer apología con la acción de todas las acciones que alguna vez emanaron del pueblo e invocaron mediante la voluntad popular un gran sentimiento de justicia ante el tirano que les subyugaba.

En Cuéllar siempre he insistido que las posibilidades para formar parte de la oposición al régimen del 78 son muy grandes. Desde los actos más pequeños e inverosímiles hasta proyectos de mayor envergadura social y política pueden estar delante de nosotros esperando a que les prestemos un mínimo de atención y rompamos el cerco que esta falsa democracia ha puesto sobre todos los grupos y acciones que tienen como finalidad la justicia social y la radicalidad democrática. Podríamos ser hojas movidas por el viento o por el contrario ser el yunque que golpea las cadenas.

Por último planteo la reflexión al lector prestada una vez más del compañero Bob: “¿Cuántos años puede la gente existir antes de que les sea permitida la libertad?/La respuesta, mi amigo, está soplando el viento/ La respuesta está soplando en el viento”.