| Manuela Bayón y Henar García compartieron el cargo de mayordoma |

| Fotos: Gabriel Gómez |

La festividad de Las Candelas volvió a celebrarse ayer en la iglesia de San Andrés de Cuéllar tras un año de parón obligado por la pandemia. La esperada vuelta a la normalidad no lo fue tanto, ya que los asistentes se vieron sorprendidos por la decisión del sacerdote de variar sin previo aviso el orden de celebración de los actos de esta festividad centenaria.

Antes de la celebración, cuando los fieles ya tenían en sus manos las velas para procesionar la imagen de la virgen, el sacerdote anunció que el recorrido se celebraría al finalizar la eucaristía. Los hermanos cofrades de Las Candelas explicaron al cura, sin éxito, que tradicionalmente es al revés: los fieles acuden a la iglesia, donde se encienden y bendicen las velas para iniciar la procesión, tras la cual se celebra la misa.

El cambio provocó estupor y comentarios entre los asistentes. Y aparte de un ligero revuelo, también propició una situación inusual. Tradicionalmente, tras la procesión, las mujeres apagan las velas y se las entregan al sacerdote, y este bendice a la cónyuge del mayordomo o en su caso a la mayordoma. Ayer, este rito se hizo al finalizar la misa, pero después hubo que encender de nuevo las velas para participar en la procesión.

Tras finalizar la eucaristía, el sacerdote pidió disculpas por el cambio y explicó que se debía a que algunas personas que deseaban acudir a la misa no podían esperar a que finalizase la procesión.

 

Dos mayordomas

Esta situación eclipsó lo que en principio iba a ser la mayor novedad: por primera vez dos mujeres compartían la mayordomía. Hasta hace poco las normas de esta centenaria cofradía solo permitían ser mayordomos a los hombres. Esto cambió hace tres años, y desde entonces ha habido tres mayordomas. Pero al no poder celebrarse la festividad en 2021, la actual mayordoma, Manuela Bayón, ofreció a la designada el pasado año, Henar García, compartir el cargo.

Aparte de esta situación anómala, la festividad transcurrió sin incidentes, aunque con una participación algo menor que otros años. Unas cincuenta personas procesionaron junto a la imagen de la virgen acompañadas por las dulzainas y el tamboril del grupo Marchamo. La situación sanitaria impidió celebrar el típico “bollo”, al que los cofrades invitan a todos los asistentes. Sí se mantuvieron otras costumbres, como la reverencia conocida como el «rodillín» o la ofrenda y posterior suelta de los pichones.

 

Historia

La festividad religiosa de Las Candelas conmemora la presentación de Jesús de Nazaret en el templo cuarenta días después de su nacimiento, tal y como ordenaba la ley de Moisés. La tradición de esta celebración en la villa y la presencia de la cofradía se remontan a finales del siglo XIX, según señala el historiador local Juan Carlos Llorente.

Entonces la hermandad era más numerosa e incluso contaba con danzantes con trajes propios, y la fiesta siempre se celebraba por la mañana, algo que ahora solo ocurre cuando coincide en domingo. Algunos vecinos aún recuerdan que hace más de medio siglo en la procesión se portaban grandes cirios en candeleros y un estandarte.