|Por Alberto Escribano|

Ya vamos camino de dos años con el proyecto del Centro Solidario de Cuéllar. La meta no es fácil, no es alcanzable por los deseos de un grupo de personas cuando hacia la colectividad se dirigen todos los esfuerzos posibles en cada momento y, sobre todo, teniendo en cuenta que las dificultades políticas y económicas son tan grandes para llegar a las masas.

Desde los primeros momentos tratamos el factor social como eje del discurso del cual emanan todas las acciones que llevamos a cabo. Las cosas estaban mal, hoy están peor y si no somos capaz de remediarlo nos habrán ganado el futuro porque la capacidad de un reducido grupo de fortunas habrá impuesto su voluntad sobre toda la ciudadanía. Sobre distintos proyectos sociales, que debían y son tangibles a la vista de cualquier vecino que se interese en conocerlos, se materializaba el discurso que como 15M llevábamos más de dos años haciendo. La despensa solidaria, el ropero, la asesoría de búsqueda de empleo, la asesoría jurídica y financiera, el proyecto inacabado del huerto solidario, las representaciones de carácter cultural y espectáculos, las conferencias sobre temas de actualidad e internacionales… medidas concretas que adoptan un grupo de ciudadanos al margen de las instituciones ante varios problemas concretos: el hambre, el autoempleo y autoconsumo de productos ecológicos, la reutilización de prendas, el acceso a la cultura que nos niega el régimen del 78, el afán por conocer otras propuestas políticas al margen del capitalismo… todos los recursos gestionados derivados de la solidaridad vecinal son revertidos en estos servicios autogestionados por los propios usuarios y los activistas del centro.

El Centro Solidario ha superado su influencia más allá de sus puertas y hemos salido a la calle, porque de allí venimos y la lucha por la vida excede del ciberespacio para ser una dura realidad que escapa de cualquier recreación virtual para castigar a los trabajadores y trabajadoras sin discriminación de ninguna clase para mantener el “status quo” existente y que aspiramos romper. Sí, eso es, “La lucha por la vida” en su sentido más extremo y con todas las complejidades que eso conlleva, esa es nuestra lucha. Y luchando por sobrevivir en medio de la hostilidad de las administraciones que han sumido a la ciudadanía en un empobrecimiento radicalizado por la mala gestión de los dirigentes políticos corruptos, con los dos ojos puestos en las élites financieras y empresariales y de espaldas al pueblo que les otorgo la confianza para gobernar de manera justa y democrática. Por esto nos alineamos con las marchas de la dignidad en la defensa de los derechos sociales más básicos que incumple claramente el gobierno de Rajoy, así como reclamamos la libertad constituyente para abrir una nueva etapa en nuestro país que comience con un nuevo proceso constituyente donde los protagonistas sean los ciudadanos lejos de las élites que decidieron como se configuraría el régimen del 78 y que ha demostrado ser un fracaso.

Avanzando posiciones y resistiendo los golpes como decía un escrito que presente ante la asamblea del 15M en febrero de 2013, en esas estamos, más capacitados que entonces y con más posibilidades materiales de conseguirlo también.