|Por Francisco Salamanca | Fotografías: Gabriel Gómez|
Toros de la ganadería de El Canario, encastados 2º, 4º, 5º y 6º, mansearon en general. El primero bis del que desconocemos la procedencia (probable de Hnos. Gallón) sin raza.
A caballo Fermín Bohórquez, Pablo Hermoso de Mendoza y Paulo Jorge Santos
Tarde soleada de rejones en la Plaza de Toros de Cuéllar con media entrada. El festejo comenzó diez minutos más tarde de la hora prevista.
Fermín Bohórquez en sus dos toros estuvo hábil, no llegando al tendido, dejando ver que ya es un rejoneador experto que sabe buscar los encuentros fáciles, aunque tapa muy bien los caballos. Tuvo el peor lote de la tarde. El segundo rejón de castigo a su primero cayo bajo dejándole muy parado, lo que determinó toda la lidia. Banderilleó clavando a la grupa y mató mal con dos rejones, bajo el primero y contrario el segundo. Descabello y silencio.
Con el cuarto, el jerezano estuvo torero con los de castigo y en banderillas destacó con su atruchado Sinfonía en un par a dos manos, lo mejor de su tarde. Clavó en exceso hasta cuatro pares de banderillas y de nuevo volvió a fallar con el de muerte. Obtuvo una oreja con muy escasa petición.
Paulo Jorge Santos, que actuó en tercer lugar estuvo voluntarioso con Calé, aunque clavó los de castigo traseros y a la grupa. Los mejores momentos los tuvo con su caballo Arlequím, banderilleando al quiebro, llegando con fuerza a los tendidos. Sacó a Bailador para poner un palitroque al violín, y con Merlina se dejó llegar con las cortas. Rejón perpendicular y trasero, que con la ayuda de los peones logro la muerte de su oponente. El público solicitó una oreja, pero el presidente de nuevo generosos, le concedió dos.
Con el sexto de la tarde, el más fuerte, obtuvo aplausos con Kairel y Bailador, aunque clavó a toro pasado. La faena la remató muy mal, dejándose alcanzar en tablas en el último tercio, con dos mete-sacas horrorosos que acabaron con su oponente. Dio una vuelta por su cuenta y fue sacado en hombros gracias a las dos orejas que obtuvo en su primero.
Pablo Hermoso de Mendoza volvió a demostrar por qué esta llamado a ser el mejor rejoneador de todos los tiempos. Su monta, la exquisitez en la doma y la naturalidad de su rejoneo le hacen inigualable. Faltaron los oponentes a caballo, para que la tarde hubiera tenido importancia. Toreó muy bien, estoqueando muy mal, pero la calidad que obtuvo en cada una de las faenas fue excepcional. Siempre clavó al estribo, corrigiendo la posición de los caballos en el encuentro cuando se requería. En su primero, montando a Beluga demostró que se puede torear con la grupa de un caballo como si fuera un capote. Con Pirata en banderillas levantó al público del tendido. Una lastima con los del papelillo, recibió una oreja merecida.
En el quinto, que fue el mejor toro de la tarde sacó a Chenel, con el que puso dos pares de banderillas inmejorables. Volvió con Pirata pero sobre todo con Habanero, el más veterano, banderilleó con tal dulzura en el embroque, que el toro se rajó. Obtuvo una oreja, a pesar de fallar con los aceros y salió por la puerta grande.