| Por Pablo Quevedo Senovilla | 

No es un cuellarano con miedo.

No es un cuellarano de correr encierros, ni de fútbol, ni futbito.

Es naturalista. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, con estudios de Arquitectura en la Universidad de Valladolid. Aquí inicia un proyecto de investigación en torno al tema `Habitar el paisaje´.

La visita, con mi hijo Pablo, al Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, en Segovia, es lo más acertado en una tarde gris, con claros de rayos solares indefensos provocando sombras en la torre de la iglesia de origen prerrománico de San Martín, en plena calle Real, junto al Torreón de Lozoya. Todo un pequeño conjunto de la esencia histórica segoviana. Un balcón para soñar.

Encontramos varias semillas para la reflexión acerca del arte contemporáneo en la cilla del Esteban Vicente.

Me resulta complicado clasificar la obra de José María Yagüe Manzanares (Cuéllar, 1973). Sus obras hablan y recitan poesía. Nuestra imaginación tiene que entrar por la puerta del invernadero que da acceso a la exposición que bajo el título `La montaña plana´ presenta el artista cuellarano en el museo segoviano.

En este invernadero, semillero de arte, se cultivan todos estos trabajos de Yagüe. Aquí, examinamos la magia del arte contemporáneo que el maestro ha fundido en fragua, utilizando sus conocimientos. Así es como da vida a unas raíces de árboles caducos con unas pinceladas para transformarlas en culebras exóticas, o a un pico picapinos travestido en un ser enfantasmado.

El laboratorio de ideas recoge los cuadernos de campo con infinidad de anotaciones y pequeños dibujos de bellos parajes con insectos. O arbolitos desnudos en cajitas acopladas y zonas de vegetación deshojada en invierno.

Todos estos dibujos proceden de su inspiración personal, pájaros, libélulas, mariposas, lagartijas, piedras… entes reales e imaginarios.

La afición y cariño por el medio natural es montaña y camino largo, donde la graduación se alcanza con el conocimiento de todo lo que nos rodea. Es un baño de naturaleza entre jaras, retamas, cantuesos, perpetua, mejorana, ajedrea, salvia, tomillo y espliego. Es un paraíso de aire puro entre avellanos, alisos, fresnos, abedules, tiemblos, chopos lombardos y sauces. Es un espacio de libertad entre endrinos, espinos, rosales silvestres, madreselvas, lúpulo, espadaña, carrizos, zarzamora…

El campo es el hábitat donde convive una pequeña fauna de arrendajos, pinzones, verdecillos, verderones, jilgueros, alcaudones, chotacabras, garrapinos, colirrojo tizón, petirrojos, martín pescador, pico picapinos, pito real…

Y así, se podría seguir hasta el infinito y más allá.

De vuelta al trabajo de José María Yagüe, es un privilegio para el cuellarano el hecho de que ésta sea la primera vez que se destina el interior de las salas del Esteban Vicente a la obra de un creador con una solvencia artística innegable.

La excepcionalidad del trabajo de Yagüe justifica también el escenario fabricado para acoger sus piezas; un invernadero, lo que viene a suponer una metáfora del estudio del artista donde surgen las ideas, un anticipo de la obra final.

El comisario de la exposición es José María Parreño, uno de los grandes expertos en arte contemporáneo de este país, lo que otorga un plus de prestigio y reconocimiento a la muestra.

En fin, si la cultura debe contribuir a construir un mundo mejor, el arte contemporáneo también debe ser comprometido, como la obra del cuellarano José María Yagüe, a la que auguramos una próspera cosecha de éxito con este semillero de arte como trampolín.

Desvístanse de prejuicios, sean valientes, visiten y disfruten sin complejo la exposición de este paisano nuestro.


La montaña plana. La comarca encantada de José María Yagüe. Proyecto Semillero de Arte. Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente. Segovia, del 24 de enero al 7 de junio de 2020. Entrada gratuita.