|Por Carlos Fraile de Benito*|
Durante este año especialmente y como ya casi veinte hemos podido disfrutar de la gran labor cultural y social que desempeña la Escuela de Música “Cecilio de Benito” y la Banda Municipal de Música de Cuéllar. Sus actuaciones ganan en calidad una tras otra y cuentan con una programación de obras amplia y que abarca todos los estilos musicales. Es por todos reconocible que “La Banda” suena mejor que nunca, sus componentes muestran todo su interés para que sus instrumentos hagan sonar los mejores compases para deleite de sus vecinos y familiares, todo ello bien dirigido y coordinado por sus directores Luis Miguel Pérez y Rubén Darío Valentín. “La Banda” y la Escuela de Música de Cuéllar tienen que mirar al futuro, su éxito y consolidación es incuestionable pero desde la administración local se debe hacer una clara apuesta por este básico e imprescindible pilar para la cultura en Cuéllar. No es comprensible que teniendo en cuenta el gran aporte que realiza este colectivo a la sociedad municipal y comarcal, estos realicen sus ensayos en un local obsoleto y de notables carencias técnicas y de espacio por tanto es necesario plantear con carácter de urgencia soluciones que contribuyan al desarrollo y confortabilidad de las personas y conjuntos que pasan numerosas horas de ensayo en “La Escuela”. Simplemente se trata de priorizar y de devolver en forma de inversión lo que nos dan en forma de cultura y espectáculo. Finalizando quiero recordar a Juan Manuel Pérez Nieto “Manolo” que nos dejó a primeros de julio, una grandísima persona con la que primeramente fui compañero de “Banda” para después fraguar una bonita amistad en torno a dos aficiones la música y los toros. Amigo allí donde estés, siempre recordaré el sonido de tu saxofón tenor y tus “contracantos”[1] en los pasodobles.
