|Por la Asociación nacional “Unión de Mujeres Agricultoras y Ganaderas”|
Hoy, 8 de marzo, desde la Unión de Mujeres Agricultoras y Ganaderas, conmemoramos el Día Internacional de las Mujeres. Pero no sólo es un acto de celebración, sino sobre todo de reivindicación, ya que la situación de las mujeres del mundo sigue estando en desigualdad.
Tal vez, si entre todos y todas nos esforzamos mucho, logremos alcanzar el objetivo que ONU Mujeres propone para la celebración de este 8 de marzo de 2016 bajo el lema “Por un Planeta 50-50 en 2030: Demos el paso para la igualdad de género”. Este año la observancia se concentrará en cómo impulsar los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como los nuevos compromisos de los gobiernos bajo la iniciativa de ONU Mujeres “Demos el paso”.
Con la propuesta de este objetivo de ONU Mujeres, nos viene a la memoria aquella frase de nuestro ilustre Quijote: ¡Cuán largo me lo fiáis, amigo Sancho!, con la que el caballero de la triste figura recuerda a su fiel escudero los vaivenes del destino y la fragilidad de los sueños expuestos a la arbitrariedad del tiempo. Triste, pero real.
Esta semana pasada hemos conocido con profundo dolor el asesinato de la dirigente indígena hondureña Berta Cáceres que era coordinadora del Consejo de Organizaciones de Pueblos Indígenas de Honduras (Copinh), la mayor organización que agrupa a las tribus lencas. Los lencas son la principal etnia precolombina del país. Berta, que ya había recibido amenazas de muerte de poderosos terratenientes locales y de compañías mineras o de energía, contaba con medidas de protección de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIHD).
Y así un día sí y otro también. Las mujeres somos blanco fácil para los poderosos o machistas presentes en todos los estratos sociales y culturales. También aquí en España, aunque los nombres de las mujeres permanezcan en el anonimato. ¿Aún creemos que la sociedad es justa, igualitaria, solidaria?
El Día Internacional de las Mujeres tiene su trasfondo en las mujeres corrientes como forjadoras de la historia, de quienes luchan por participar en una sociedad igualitaria con los hombres. Este año queremos reivindicar que somos mujeres cada una con nuestras cualidades, nuestro físico, nuestras dudas, y esperanzas. Las mujeres cada vez más hemos conseguido nuestro sitio en un mundo que, tradicionalmente, había sido contemplado sólo para los hombres. Por fin se vislumbra un rayo de sentido común que hace que, gracias a nuestro esfuerzo, nuestra tenacidad y nuestras capacidades, hayamos llegado a lograr entrar, poco a poco, en la vida pública. Es cierto que aún queda mucho por hacer, la falta de una conciliación real, falta de responsabilidad compartida o corresponsabilidad, porque ¿dónde está escrito que la tarea educativa, de desarrollo, de cuidado, bienestar o salud de los hijos e hijas o mayores sea sólo tarea de las madres? Esto supone una falta, fundamental, de una cultura flexible y preparada para una sociedad dinámica como en la que vivimos actualmente.
Este 2016 nos vemos obligadas, una vez más, a exigir una mayor prevención en la violencia de género y protección de las víctimas. El año ha empezado con muy mal pie, siendo este mes de enero el peor desde 2006, año en el que se iniciaron los registros de muertes por violencia de género, esta situación tiene que cambiar ya.
Respecto al balance socio-laboral, observamos una evidente destrucción de empleo, la precarización del mismo, el incremento de las discriminaciones laborales por razón de sexo y, por tanto, un agravamiento de la exclusión social de las mujeres y un aumento de la feminización de la pobreza. Aspiramos a lo que tenemos derecho todas las personas, a la libertad, a la autonomía personal, al acceso a los recursos y a la igualdad entre todos los seres humanos.
Es imprescindible volver a dotar de presupuestos todas las áreas que hacen posible una sociedad más justa e igualitaria, y que han supuesto en pérdida de derechos reales para las mujeres con mayor gravedad que para los hombres (salarios, corresponsabilidad, educación, paro, horarios laborales, regresión a las tareas que ya estaban empezando a ser asumidas en conjunto –cuidado de mayores, niños, dependientes-…) y es necesario ofrecer alternativas a las mujeres rurales para que puedan romper el círculo vicioso de desigualdad-paro-exclusión-despoblación.
Afortunadamente en nuestro sector, la tendencia de solicitudes de mujeres que solicitaron ayudas para la incorporación a la actividad agraria o para la mejora y modernización de explotaciones agrarias de 2014 (últimos datos conocidos) va en aumento gracias a las medidas que aumentan la puntuación para las mujeres que se incorporan en el medio rural.
Por lo anteriormente dicho, pedimos a las Administraciones Públicas, a las distintas organizaciones, a la sociedad en su conjunto y a nuestro compromiso personal:
• Que garanticemos los derechos de las mujeres,
• Que luchemos con rotundidad contra la violencia de género,
• Que prestemos más atención a las niñas y a las mujeres que afrontan muchas situaciones en condiciones de vulnerabilidad,
• Que sigamos avanzando en la igualdad de oportunidades, participación y toma de decisiones,
• Que rompamos con los falsos estereotipos que relegan a la mujer a un papel secundario por detrás de los hombres,
• Que en estos momentos de crisis global reivindiquemos los derechos económicos de las mujeres y no demos pasos atrás en políticas de protección, promoción, empleo…