Manifestación en Gomezserracín en 2019 en contra de la concentración parcelaria y la tercera fase de recarga del acuífero del Carracillo. | Foto: Gabriel Gómez |

Manifestación en Gomezserracín en 2019 en contra de la concentración parcelaria y la tercera fase de recarga del acuífero del Carracillo. | Foto: Gabriel Gómez |


| Inmaculada Muñoz |

Desde el día 29 de enero y durante el mes de febrero, los vecinos de Gomezserracín pasarán con tristeza y derrotados  por el Ayuntamiento para levantar el acta previa a la ocupación de sus pinares. Aquellos que no están de acuerdo con el proyecto de recarga pondrán en el acta que no están conformes y presentarán alegaciones, a riesgo de perder la escasa indemnización que percibirían por los terrenos, pues desconocen sus derechos en el procedimiento de expropiación. Menos aún de éste que se ha sacado la Comunidad de Regantes de la manga tras haber declarado la obra de utilidad pública y urgente ejecución mediante una Disposición Adicional de la Ley de Medidas del año 2003, de dudosa aplicación.

Todavía no se han resuelto los recursos contencioso-administrativos presentados por asociaciones ecologistas ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, pero en cuanto se termine el levantamiento de las actas, las máquinas empezarán a arrasar la zona para construir los 82 sondeos, dos balsas de infiltración, una balsa de regulación, los caminos, las líneas eléctricas y demás infraestructuras.

Todo son corrillos estos días en el pueblo comentado cómo la herencia recibida de los antepasados, que generación tras generación se ha cuidado, respetado y conservado, va a ser arrasada. Se ha mantenido esta masa de pinar por los vecinos de Gomezserracín porque conocen la vital función ecosistémica que desempeña para la comarca. Por un lado es el reservorio de agua potable y además protege y fija las dunas frente a la erosión.

Sin ser ingenieros ni apenas tener estudios, quienes durante toda su vida han vivido de estos pinares se imaginan otros proyectos que no tengan tan elevado impacto ecológico. Por la mente de todos ellos pasa la idea de derivar el excedente de agua del río Cega a los pueblos de la zona norte del Carracillo, mediante tuberías y balsas de infiltración en esos municipios.

También son muchas las preguntas que pasan por su cabeza:

¿Por qué todas las obras se hacen en Gomezserracín?  Ni un metro de tubería, ni camino, ni balsa, ni sondeo está realizado fuera del término del pueblo. Se terminan justo donde comienza el Común Grande de las Pegueras, que pertenece a la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar. Tampoco en Sanchonuño ni  Arroyo de Cuéllar ni Remondo ni Fresneda de Cuéllar ni en Chañe removerán un grano de arena, y eso que se beneficiarán de todo el agua que salga del acuífero situado bajo estos pinares.

¿Cómo es posible que una administración pública pueda cortar tantos pinos en el MAR DE PINARES para hacer una obra de estas características?  ¿Dónde queda la defensa de las masas forestales para luchar contra la contaminación y el cambio climático? ¿Cómo puede una comunidad de regantes expropiar terrenos a particulares? ¿Y alguien sabe decirme qué parcelas se pretenden regar con el hidrante nº 130 de Chañe? Pero si está rodeado de pinar.

¿Por qué aquí no se podrá regar del agua que se acumule en la balsa grande? Todo irá entubado a los pueblos de la zona norte, ni una gota para este pueblo que verá arrasados sus pinares.  Así se lee en el «Proyecto para la gestión hídrica del sector oriental del acuífero cuaternario y obras de mejora del regadío en la zona norte de la comarca “El Carracillo” (Segovia). Fase I: Recarga, extracción y regulación».

Además, desde la balsa de acumulación, se podría regar por gravedad, sin consumo de energía eléctrica, las zonas topográficamente más bajas de la zona regable (Remondo, Fresneda de Cuéllar y parte de Chañe). Todo son ventajas para regar las fresas plantadas en los pinares roturados en las últimas décadas en esa zona. Negocio redondo.