Un momento del partido ante el Quintanar. |Foto : Gabriel Gómez|
|Dos postes y dos lesionados en la primera mitad fueron demasiado lastre|
|Un penalti en contra y un expulsado mermaron después al Cuéllar|
|Por Daniel Martín|
El CD Cuéllar vivió su particular celebración de Halloween en un choque en el que hasta el viento parecía estar en su contra. La primera parte fue un cúmulo de desgracias, con dos lesionados, dos disparos a la madera, y un penalti en contra. En la segunda mitad, con la expulsión de Aitor el equipo acabó derrumbado y entregado tras un derroche físico importante.
En los primeros compases los pupilos de Félix Blanco jugaron en campo contrario, triangulando y creando situaciones de peligro con balones a la espalda de la zaga. Pero muy pronto empezaría a hacerse palpable que no iba a ser su tarde, ya que Adri, tras recibir un balonazo en el ojo, tendría que abandonar minutos después el terreno de juego.
Pero justo antes, Poza recogía un rechace de Clodo tras un disparo de falta para hacer el cero a uno. Un mazazo que pudo quedar en nada, si el disparo de Aitor desde el centro del campo al sacar de centro no hubiese golpeado en el larguero, tras parada previa de Pedro. El cúmulo de circunstancias se acrecentaba con la lesión de Calleja, dos cambios en apenas media hora de partido. El Cuéllar se olvidó de esos problemas, y siguió tratando de crear ocasiones. En una buena combinación, Karraka llegaba al área y su remate se iba al poste tras ser rechazado por Pedro. El Cuéllar seguía intentándolo y Carlos, de cabeza, tuvo el empate a la salida de un córner.
El Quintanar se iba a quedar con diez tras la expulsión por doble amarilla de su capitán, Pepe, que pudo haber sido expulsado minutos antes. En esa falta botada por Aitor, Baldo conseguía zafarse de sus rivales y rematar a gol.
Todo parecía encaminarse para un Cuéllar que de repente y justo con el tiempo cumplido caía víctima de un descuido y cometía un penalti tonto, que materializaba Alcubilla.
Tras el descanso Aitor en una pugna por el esférico era expulsado y las fuerzas quedaban igualadas, si hablamos de efectivos sobre el césped, ya que en el marcador Rodri hacía el 1-3 de cabeza.
Un mazazo enorme para un Cuéllar que perdonó en la primera mitad y se descompuso en la segunda, tras un monumental esfuerzo físico sin premio. Cada vez le costaba más llegar al área contraria, y solo con un disparo de Santi, muy cruzado, pudo acortar diferencias. Un peligro que llegaba por la parte derecha con buenas arrancadas de Mora.
En una de las últimas acciones del partido, Poza pillaba desprevenida a la defensa cuellana y batía a Clodo, que se encontraba saliendo. Así finalizaba el partido con una ventaja que no hacía justicia sobre el terreno de juego, aunque en el fútbol la efectividad es la nota diferenciadora, y el Quintanar materializó cuatro de sus cinco remates a portería.
