|| Por Rubén Arranz González||

Por fin me he decidido a tirar a la papelera virtual varias horas de trabajo sesudo donde pretendía explicarles con datos, fechas, hechos, citas y farragosas palabras qué es eso del “15-M” y, sobre todo, qué pinta en nuestra comarca un colectivo radical que, para mayor suerte de la élite política y financiera, es considerado marginal. Ahora me siento con libertad para hacerles un relato -igual de libre y personal- que resume la imagen que tengo de nuestro colectivo.

Nos conformamos hace tres primaveras como un grupo RADICAL, en sentido estricto, no me vayan a fastidiar el relato con su sentido peyorativo cargado de todos los estereotipos que se aferran al imaginario popular. Sí, somos radicales porque brotamos de la raíz que sostiene todo el tinglado político y económico, ese que debería servir para regular la voracidad de las pasiones humanas que dañan al colectivo, pero no, no lo hacen. Para la élite esa gente ni pincha, ni corta. Pero bien que importa y se comporta para mantener privilegios de los que recortan y sacan pecho. Pero, sobre todo, somos radicales porque hemos roto con el pensamiento único y con su neo-lenguaje vergonzoso que nos rompe el corazón, donde el pan no es pan, ni hay pan, ni el vino es vino y el bueno se lo beben unos ladrones elegantemente vestidos, con apetitos exquisitos y borracheras vulgares. ¡Qué daño hizo el ídolo Julio Iglesias a esa generación de hombres, hay que joderse!

Además somos marginales a mucha honra. Nuestro selecto club de radicales sólo acepta valientes. Esos pocos que denuncian la inexistencia de democracia y señalan con el dedo acusador al régimen de partidos (corruptos), que no nos representan. Pero también acepta a los desarraigados, aquellos que pasaron a ser invisibles desde que fueron conscientes del engaño de forma trágica. Con el paso de los años los primeros, los osados, han ido abandonando la nave por motivos personales o por embarcarse en nuevos proyectos colectivos. Y los segundos, los desechos por la lógica del sistema, han ido engrosando las filas del movimiento. Esto nos ha llevado a tener que perder demasiado tiempo enfrentándonos a muchísimos recelos, tanto fuera de nuestro colectivo como dentro. Ahora soy consciente de que esa marginalidad es el precio que tenemos que pagar por nuestro éxito como proyecto colectivo.

Durante todo este tiempo también hemos conseguido agitar conciencias con actividades variadas enfocadas a la desprogramación mental y a la solidaridad: eventos culturales, acciones informativas, movilizaciones, talleres, charlas, recogida de juguetes, material escolar,…, podría entrar en detalles y escribir un libro. Quizás el logro más visible ha sido la creación del primer Centro Solidario, auto-gestionado y financiado de manera voluntaria, de toda la comarca y, probablemente, de Castilla y León. Un espacio de participación y resistencia ciudadana dotado de biblioteca, ropero, despensa solidaria y que proyecta nuestra conciencia colectiva.

Pero el mayor logro es invisible. No se puede describir con palabras, hay que entrar para entenderlo. Quizás a alguno le choque ver un gitano expresando ideas en una asamblea. Otros se quedarán embelesados escuchando las historias de espías contadas por el coronel coautor de un informe que pasó a la historia no contada del 23-F. O las de un valiente comandante de aviación que un día soñó con pilotar un caza de combate pero que, por suerte para la humanidad, prefirió enfocar su lucha en recetar pildoritas de realidad para una sociedad empachada de mentiras. O las de un trabajado anarquista que en su juventud ya aprendió a desconfiar de los bancos y contaba cómo los bancos también aprendieron a desconfiar de los idealistas que atracaban sus sucursales. O las de un rapero concienciado y luchador que te devuelve la esperanza en la juventud. .. Hay tantos relatos…

La historia que cada cual puede contar de nuestro colectivo es personal e intransferible. La historia que tu, querido lector, quieras contar de tu paso por el grupo 15-M de Cuéllar dependerá de la pureza de tu corazón y la plasticidad de tu cerebro. Si vienes con prejuicios, te marcharas con más prejuicios y algún que otro berrinche. Si vienes con ideas y argumentos, probablemente te merezca la pena convertirte en un individuo radical dentro de un colectivo marginal.

Felicidades a todo el grupo 15-M de Cuéllar.

Estamos trabajando para tener con nosotros, como regalo de cumpleaños, a un juez loco que se le ocurrió meter en la cárcel a un banquero. Promete ser un relato muy entretenido.

Salud, libertad y unidad popular.