| El espacio podría albergar un centro de interpretación de la achicoria, junto al auditorio, la Escuela de Música y una zona expositiva |

| Fotos: Gabriel Gómez |

Desde que el Ayuntamiento de Cuéllar anunciara la compra del claustro y la huerta de San Francisco, en mayo de 2021, con el objetivo de construir el auditorio de la villa, ha sido una incógnita lo que se escondía tras los muros de la antigua achicorera. La compra se materializó en el primer trimestre de 2022, y una vez concluidas las primeras tareas de consolidación y limpieza de las instalaciones hemos podido recorrer junto a representantes municipales algunos de los espacios, desconocidos para muchos vecinos del municipio. La concejala de Patrimonio, Maite Sánchez, ejerció de guía en el recorrido en el que también participaron el alcalde, Carlos Fraile, y el edil de Urbanismo, Joel Velasco.

La intervención en esta parte del que fuera antiguo monasterio franciscano permitirá poner en valor no solo su patrimonio y riqueza monumental, sino también el industrial, ya que se conservan parte de las máquinas y elementos propios de su uso como fábrica y tostadero de achicoria en el siglo XX. Un material que ya ha sido analizado por la arqueóloga industrial Isabel Marqués, que se ha encargado de proteger con tela aquellos más delicados, para preservarlos de las inclemencias del tiempo.

Y es que aparte de acoger el futuro auditorio, desde el Ayuntamiento se pretende que ese espacio acoja una nueva Escuela de Música, un espacio expositivo y un espacio museístico sobre la achicoria, que tanta importancia tuvo en la actividad industrial de la villa y que tan bien está representada en esa antigua fábrica. Para él cuentan con las tostadoras, envasadoras, etiquetadoras…, unos elementos de los que la concejala destacó su calor etnológico y etnográfico.

Nada más atravesar la puerta de la antigua fábrica Sánchez ya mostró los primeros hallazgos “se han mantenido restos de pintura muy interesantes”, señaló, indicando que podrían datarse en el siglo XVI y estar ligados a la Cofradía de la Veracruz, con origen en el templo franciscano. Junto a ellos la caseta del guarda y la báscula.

Lo que externamente puede parecer un edificio más compacto, es en realidad un espacio lleno de diferentes estancias en diferentes niveles, en las que se mezclan elementos propios del monasterio con los de su uso industrial: salas de trabajo, zonas comunicadas con trampillas, zona de oficinas, de tueste, de prensado…. Junto a ello arcos, escudos, muros, torres, un arcosolio… y otros elementos patrimoniales que llaman la atención, y todo ello flanqueado por la espadaña de San Francisco en lo alto.

 

Plan director

En conjunto, las dos parcelas, del claustro y la huerta de San Francisco, superan los 4.500 metros cuadrados y tuvieron un coste de 487.500 euros más IVA. Las tareas de limpieza y consolidación, adjudicadas a una empresa local, han supuesto una inversión de unos 40.000 euros. Así lo ha puesto de relieve el alcalde, apuntando que ahora están centrados en la realización de un plan director, que será realizado por los arquitectos cuellaranos Jesús y Fernando Nieto, teniendo en cuenta las demandas de la comisión que se creó con el objetivo de que la villa tenga un auditorio.

Ese plan director incluirá entre otros documentos un estudio de maquinaria industrial, un estudio arqueológico del subsuelo y un estudio de los muros y paramentos que se contratarán a través de contratos menores. También se ha realizado un levantamiento topográfico del espacio completo y la mencionada limpieza, de manera que la suma de todo ello alcanzará los 100.000 euros.

“Este proyecto va mucho más allá”, recordó el alcalde, apuntando que a priori la intención es que la nave central de la iglesia pueda albergar el patio de butacas. “Este claustro ofrece muchas posibilidades”, aseguró el primer edil destacando entre ellas ese posible uso museístico como centro de interpretación de la achicoria. “Hay verdaderos tesoros en maquinaria industrial relacionados con la achicoria”, dijo.  En los estudios arqueológicos la concejala de Patrimonio destacó que participarán equipos de historiadores de distintas universidades.

Para realizar el proyecto de los diferentes espacios se quiere realizar un concurso de ideas para lo que se precisa primero el plan director, y una vez que se cuente con él será necesario buscar financiación. Ahí el Ayuntamiento “tendrá que hacer un esfuerzo importante”, señaló Fraile, aunque será necesaria la colaboración de otras administraciones. Mostró su convicción de que la villa necesita un auditorio, nuevas instalaciones para la Escuela de Música, un espacio expositivo…

Este ambicioso proyecto deberá llevarse a cabo en distintas fases, por ello el alcalde considera que debe ser “una cuestión de municipio, donde todos nos debemos sentir orgullosos de que el municipio y los vecinos de Cuéllar son propietarios de más de 4.500 metros cuadrados en pleno centro con un valor histórico, patrimonial e industrial tremendo”. A su juicio, la última fase será la que se acometiera en la huerta, donde se podría plantear la construcción de un edificio de usos múltiples que pudiera albergar ferias y otros eventos.

En cuanto a los plazos, Fraile señaló que este año se dejarán adjudicados los contratos menores de los estudios del subsuelo y los muros, para poder tenerlo hecho en el primer trimestre de 2023. Además, subrayó que el Ayuntamiento tendrá que realizar una modificación de normas para que San Francisco pueda ser un espacio dotacional.