| La eucaristía estuvo llena de emotividad y agradecimientos |
| Fotos: Gabriel Gómez |
El Santuario de Nuestra Señora de El Henar completó ayer su aforo en la misa de despedida de su rector durante los últimos años, Carlos García. A la celebración, concelebrada por García y un sacerdote vallisoletano, no faltaron autoridades de los pueblos de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar, de Cuéllar y también estuvieron presentes el presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, y su vicepresidente, José María Bravo. El grupo Cantemus puso la nota musical.
La eucaristía estuvo llena de momentos emotivos y el propio García tuvo que contener su emoción en algunos de ellos. Él mismo ofreció esa misa por sus padres, su hermano Goyo y también por los padres carmelitas que durante casi un siglo regentaron el santuario. «No es sencillo ahora deciros algo porque tengo el corazón lleno de emociones», dijo, subrayando lo que todos los asistentes han significado para él.
García destacó que «no es el día de la despedida de Carlos sino el día del Señor», así dijo que eucaristía significa acción de gracias y «la vida de un cristiano es una continua acción de gracias». «No es día para estar triste por una despedida, las personas estamos de paso», aseguró. De lo vivido en estos casi tres años al frente del santuario destacó el Año Jubilar Henarense, «la visita de la virgen fue un canto de alabanza para todos». Recordó así el paso de la imagen por los pueblos de la Villa y Tierra y el «estallido de alegría que supuso» por lo vivido en la pandemia. Habló de la reconciliación que produjo esa visita entre personas que llevaban décadas sin hablarse.
No quiso referirse a las obras o el lavado de cara del santuario sino «a la labor de Dios en el corazón de cada uno de nosotros», en ese tiempo. Tuvo palabras de gratitud para todo el mundo y en especial para los voluntarios «que han sido generosísimos renunciando a su tiempo y darlo todo por la virgen y el santuario». Ahora señaló tener «una nueva misión» que le llevará desde mañana a la Basílica de la Gran Promesa de Valladolid. «Hay incertidumbres en el corazón sobre lo que me espera», dijo, «allá donde vaya vosotros venís conmigo», aseguró.
[blocktext align=»left»]»Allá donde vaya vosotros venís conmigo», aseguró.[/blocktext]
García se refirió a la entrevista que le realizamos la pasada semana y en la que señalaba que cada mañana antes de abrir la puerta del santuario la primera salve que recibía la virgen «era la del rector, y en ella rezaba por todos y cada uno de los que iban a pasar por el santuario ese día». Asímismo, al cerrar el santuario «la última salve era la del rector, y era de acción de gracias y recopilando todas las peticiones que le pudieran haber presentado a la virgen». «Allá donde me encamino todos los días rezaré la salve a la madre de El Henar y le pondré cada una de vuestras intenciones», afirmó.
Regalos
Como regalo invitó a los asistentes a mirar siempre al cielo no solo en lo meteorológico, también con el corazón. También les obsequió con un devocionario mariano henarense con oraciones a María y las propias a la Virgen de El Henar.
No faltaron las sorpresas, desde la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar se le hizo entrega de una placa de recuerdo y en reconocimiento por su trabajo por el santuario que acoge la imagen patrona de su mancomunidad. Por parte de sus familiares, Marta Sanz le dedicó unas emotivas palabras y un devoto de la virgen transmitió el sentir de los henarenses enojados por su marcha.
Concluida la misa, el rector visitó el camarín junto a las autoridades. El presidente de la Diputación manifestó su agradecimiento «a su implicación, compromiso y dedicación en los años que ha ocupado el cargo y, sobre todo, por haber sido el artífice de la conmemoración del Año Jubilar Henarense que ha sido un motivo de orgullo para toda la provincia». «Esta onomástica no hubiera podido desarrollarse tal y como se ha hecho sin el entusiasmo de Carlos García que consiguió embarcarnos a todos para que la Virgen tuviese la repercusión que merecía en tan importante aniversario», añadió.
A la salida del templo el Grupo de Danzas Bieldo, que había portado las ofrendas en la misa, danzó El Arco en honor al rector y después se ofreció un aperitivo para los asistentes.
