Algunas de las empleadas de limpieza que reclaman el pago de su trabajo a la empresa Zahoz. |Foto: Gabriel Gómez|
Las empleadas de limpieza de los centros escolares de Cuéllar: Santa Clara, La Villa, San Gil y otras dependencias municipales se incorporaron ayer a su trabajo con la empresa Zahoz Gestión S.L. teniendo aún pendiente el cobro de tres mensualidades. El desánimo reina en estas 11 empleadas que llevan meses en lucha por hacer valer sus derechos.
El inicio del nuevo curso marca su vuelta al trabajo con las mensualidades pendientes y hasta ayer mismo sin productos con los que poder realizar sus tareas.
Su situación ha sido llevada al pleno varias veces por los grupos de la oposición, IU y PSOE, y el alcalde, Jesús García, ha puesto de manifiesto que desde el Ayuntamiento se han mantenido encuentros con las empleadas de limpieza y se ha requerido a la empresa solventar la situación, aunque ésta en todo momento ha cumplido con el contrato vigente. Desde el Ayuntamiento se ha llegado a no liquidar los pagos a la empresa hasta que ésta no cumpliera con el pago de las nóminas a las empleadas, aunque en los últimos meses la deuda de la empresa con la Agencia Tributaria ha hecho que los pagos el Consistorio los realizara directamente a ésta. El último pago realizado directamente a la Agencia Tributaria fue el pasado mes de julio, según señaló el alcalde de la villa a esta redacción.
El servicio de limpieza de los centros escolares fue adjudicado a Zahoz por un importe anual de 87.543,50 euros, iva incluido, por un periodo de dos años, vigente hasta el 1 de septiembre de 2017. El objeto del contrato es el de “mantener la limpieza y salubridad de las instalaciones” de esos centros. El contrato contempla una serie de infracciones penalizables a la empresa.
No hay mas sinvergüenza, que aquel que se queda con el dinero de un obrero, aunque debemos observa si esta empresa, si es la empresa la morosa o el municipio que se se retrasa en los pagos…pero en fin esperemos todo vuelva a sus caunces, por el bien de estas obreras, que ya reflejan en su rostros su padecer, sin tenerlos que sufrir, por que quien paga estos injustos declives que el mismo alma se resiente ante las impotencias y rabias.