El pasado 20 de mayo se colgó en las redes el ‘Manifiesto por el Agua Potable en Lastras de Cuéllar’, un documento que tras tres semanas ha alcanzado las 1.100 firmas, lo que triplica el número de los habitantes de la localidad. “Ello demuestra la implicación de la gente ante un problema que no querríamos que se eternizara”, afirman.
El apoyo conseguido les ha llevado a difundir el manifiesto y a hacérselo llegar a la Diputación Provincial de Segovia y a la Junta de Castilla y León “para que tomen cartas en un asunto primordial que acucia a los vecinos y que, en último caso, la solución, además del Ayuntamiento, compete también a la institución provincial y a la autonómica”.
Manifiesto por el agua potable en Lastras de Cuéllar
Hemos perdido la cuenta de los años que Lastras de Cuéllar lleva sin agua potable.
Sabemos que los arsénicos y los nitritos tienen la culpa. Pero, tras el diagnóstico, cabría esperar soluciones. No puede ser que, a estas alturas del siglo XXI, con el río Cega y el magnífico manantial de las Fuentes de Aguilafuente a tiro de piedra, tengamos que seguir aprovisionándonos de botellas y garrafas, como en los años cincuenta del siglo XX. No puede ser. Las administraciones responsables de facilitar los servicios mínimos y las infraestructuras a los pueblos nos han abandonado.
Aparecemos en los medios de comunicación una y otra vez casi siempre por la misma martingala: los vecinos de Lastras carecen de agua potable en sus casas.
El Ayuntamiento no tiene de recursos para acometer una obra de tal envergadura, pero la Diputación de Segovia y la Junta de Castilla y León, responsables subsidiarias, no se han movido. Y no puede ser. Años y años dando una imagen penosa, aceptando con resignación esta carencia de un servicio básico que, por lo que vemos, lleva camino de eternizarse.
Pedimos a las diferentes administraciones que se impliquen en solucionar un problema que les compete. No miren a otro sitio, no se parapeten tras los sillones de sus despachos. Tienen una obligación urgente. Lastras pierde población a un ritmo acelerado. La carencia de agua potable es un baldón añadido a los problemas seculares del medio rural. Queremos agua potable en nuestros grifos. Y la queremos ya.