Participantes en la quedada en poyo a los profesores de la Escuela de Música y el propio centro celebrada el jueves. | Foto: Gabriel Gómez| 
| Por el profesorado de la Escuela de Música `Cecilio de Benito de Cuéllar´| 

Dicen que la Sinfonía Número 3 en mi bemol mayor de Beethoven, conocida como “Heroica”, es la mejor sinfonía jamás escrita; dicen que no se ha vuelto a componer una mejor, según los directores de orquesta. Sin embargo, para el ¿profesorado? de la Escuela Municipal de Música “Cecilio de Benito” de Cuéllar, está demostrado que sí que ha existido una mejor, una sinfonía interpretada en clave de sol…idaridad, que tuvo lugar el pasado jueves 12 de septiembre de 2019, en la Plaza Mayor de Cuéllar, con una melodía al unísono, en un solo movimiento. Un movimiento “Largo” que se mantiene gracias a todas las movilizaciones que todos vosotros, amigos, estáis realizando por nosotros.

Queremos agradecer inmensamente el apoyo que estamos recibiendo de alumnos, padres de alumnos y vecinos de Cuéllar y su comarca. Nos sentimos inmensamente respaldados, reconfortados y con fuerzas para seguir luchando por lo que realmente amamos: compartir la música con todos vosotros.

Y es aquí donde nos ponemos románticos, como la “Heroica”, rompiendo las clásicas reglas hasta ahora escritas: la música no es un arte que esté en lo alto de un pedestal, inexpugnable, hierático, altivo y distante, esperando a que sólo unos pocos puedan acceder a su compresión y disfrute. La música es un lenguaje universal, el lenguaje del alma y de las emociones, que debe ser compartido y que, gracias a nuestra escuela, la de todos, es cercana, accesible y disfrutada por igual. Creednos cuando os decimos que nosotros, los profesores, disfrutamos y aprendemos muchísimo de vosotros y con vosotros, queridísimos alumnos, enseñando y haciendo música. Esa experiencia, de tantos años y cursos, es inigualable.

Beethoven tardó 2 años en componer la Número 3, los mismos, curiosamente, que llevamos los profesores sufriendo unas condiciones laborales ciertamente imposibles. Así pues, recibid desde estas líneas toda nuestra gratitud por respaldarnos en esta especie de “réquiem”.

Gracias, amigos, por estar con nosotros, los docentes de “la escuela”, en estos difíciles momentos.

Gracias, alumnos, por enseñarnos a enseñar.

Gracias, padres y abuelos, que lleváis a vuestros pequeños a clase, con constancia y determinación, porque la música no tiene precio.

Gracias, gracias y mil gracias. Sois nuestros pequeños héroes.

“Donde las palabras quedan fuera, la música empieza” Heinrich Heine