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jueves, 2 de mayo de 2024
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La respuesta está soplando el viento

|Por Alberto Escribano Martínez|

Para tiempos revueltos no hay nada mejor que recurrir a Robert Allen Zimmerman para templar ánimos, reconducir esfuerzos y esforzar la capacidad productora de ideas en pos de alcanzar una meta más elevada que las banalidades que el sistema nos ofrece en forma de mercancía exclusiva de una elitista minoría de privilegiados a la que nos enseñan a querer aspirar.

Se nos acabaron los plácidos veranos en 2009 cuando el “socialtimorato” ZP anuncio la contrarreforma laboral que dio pie a que ya ni en verano las élites políticas que pisotean nuestros derechos y libertades para sembrar la sociedad de precariedad y miseria a la que nos quieren abocar sin darnos un respiro. Y desde ese 2009 llevamos viviendo veranos movidos por globos sonda y anuncio de medidas represivas contra la ciudadanía por parte de los diferentes gobiernos de España que han trabajado sin descanso por legislar a favor de los diferentes poderes fácticos nacionales e internacionales en detrimento del pueblo español.

Este Verano hay de todo y no para el carrusel de la derecha para seguir golpeando a la clase trabajadora. Lo último aquello del alcalde más votado, un síntoma más del miedo al cambio real que el bipartidismo manifiesta en cuanto tiene ocasión. Sobre esta medida puedo decir que el tiro puede salirles por la culata, ya que se están acercando las posturas de los distintos grupos políticos y sociales de oposición al régimen del 78 para conformar candidaturas de consenso y unitarias de cara a las municipales de 2015.

Pero realmente cuando yo miro al viento espero la respuesta de que hacer a partir de Septiembre, porque como Bob nos cantó la respuesta está en el viento amigos. ¿Y cómo sopla el viento últimamente? Pues no es nada halagüeño lo que nos trae el viento, después de ver a la Merkel repartir sonrisas a diestro y siniestro al lado de Mariano, que se sentía como un novio dichoso y radiante ante la vida que le espera (consejo de administración, conferencias en universidades privadas, quizás un busto en FAES…). Y mientras la parejita visitaba al apóstol, Pedrito “el renegado” refunfuñaba por no haber sido invitado y hablaba a distancia de cómo arreglar esto con las mismas fórmulas que están haciendo que se vaya al carajo y no tenga ni siquiera la delicadeza de disimular un poco como sus colegas Madina o Tapias.

Los hechos son los que son y son así entre otras cosas porque más dóciles no nos pueden tener. En septiembre volveremos al recorte semanal y cada afrenta a la ciudadanía no puede seguir teniendo el silencio como respuesta. El viento pinta mal y nos toca enfrentarle de cara, y sabemos que avanzar en esas condiciones es más complicado pero es la manera. Podríamos seguir engañándonos a nosotros mismos o pasar a la ofensiva y revisar la historia para hacer apología con la acción de todas las acciones que alguna vez emanaron del pueblo e invocaron mediante la voluntad popular un gran sentimiento de justicia ante el tirano que les subyugaba.

En Cuéllar siempre he insistido que las posibilidades para formar parte de la oposición al régimen del 78 son muy grandes. Desde los actos más pequeños e inverosímiles hasta proyectos de mayor envergadura social y política pueden estar delante de nosotros esperando a que les prestemos un mínimo de atención y rompamos el cerco que esta falsa democracia ha puesto sobre todos los grupos y acciones que tienen como finalidad la justicia social y la radicalidad democrática. Podríamos ser hojas movidas por el viento o por el contrario ser el yunque que golpea las cadenas.

Por último planteo la reflexión al lector prestada una vez más del compañero Bob: “¿Cuántos años puede la gente existir antes de que les sea permitida la libertad?/La respuesta, mi amigo, está soplando el viento/ La respuesta está soplando en el viento”.

1 COMENTARIO

  1. En este artículo Alberto plantea una serie de cuestiones, que tienen que ver con los vientos tempestuosos que se aprecian en el horizonte y de como el conjunto social se deja barrer por ellos y no les planta cara. Respecto a esta cuestión quisiera aportar mi opinión y desarrollar una serie de ideas al respecto; así que me pongo a ello.
    Posiblemente el principal problema que es necesario afrontar en este sentido, es la dificultad de una visión global para poder contar con una perspectiva coherente. ¿Realmente son tan negras las nubes que se adivinan en lontananza o es que ya las tenemos en cima y ni siquiera recordamos el sol? ¿Debemos dejarnos llevar por la esperanza de esos nuevos brotes verdes que constantemente se pregonan por los medios de comunicación o es que realmente son de plástico y solamente forman parte de la decoración de la escena? ¿No serán un tanto agoreros estos nuevos profetas del apocalipsis, que abarrotan las redes sociales o por el contrario nos plantean realidades que no queremos ver? La respuesta está efectivamente en el viento; pero no en ese tiránico que domina la maquinaria poítico-social, sino en el que permite al águila dominar los cielos y contemplar la panorámica que tiene debajo con amplitud y certeza. El estrés constante del día tras día; el continuo bombardeo de mensajes; la manipulación informativa;… Todo ese tenaz conjunto de estímulos, que entre excesos y engaños nos sume la mente en una nebulosa blanquecina; no nos deja remontar el vuelo del pensamiento, no nos consiente ni un resquicio para la reflexión. Y en mi opinión esta es la clave, la falta de perspectiva, la inexistencia de espacios físicos, virtuales y temporales para la reflexión. Por tanto, el primer arma que habría que articular para dar respuesta a las inquietudes que evidentemente bullen el la sociedad es dotarla de lugares y tiempos para que el pensamiento, el debate y la comunicación entre ciudadanos se produzca: Este en mi opinión será el primer pilar para una democracia «real» y sólida.
    Hoy en día el dominio de la inmediatez del mensaje es absolutamente pernicioso, los trabajos periodísticos de largo alcance, con profundizad y análisis, han quedado relegados a la marginalidad y todo queda resumido en la fugacidad del instante, en el ahora de un suceso que inmediatamente es sustituido por otro y el resultado es un conglomerado de datos que al final quedan básicamente inconexos. En este estado de cosas, urge un poco de hilazón que de argamasa entre noticia y noticia, entre realidades cotidianas y grandes políticas; entre datos económicos y problemas sociales; entre decreto y decreto que viernes a viernes ve la luz cual criatura recién nacida. Y cuando se atan unos cuantos cabos y el puzzle va tomando forma la realidad emerge tras la niebla. Sería largo describir aquí el panorama político completo, pero se pueden soltar unas cuantas piezas para componer la escena: – medios de comunicación (dudosamente rentables en muchos casos) copados de manera generalizada por grandes corporaciones financieras; donaciones millonarias a partidos políticos; ex-políticos ocupando sillones en consejos de administración de grandes empresas; políticas laborales restrictivas; legislaciones orientadas a debilitar o anular la libertad de expresión; un banco central europeo que presta a bancos pero no a estados; una hacienda pública que rescata a entidades financieras repletas de corrupción y abandona a los ciudadanos; una estructura industrial deslocalizada en busca de entornos de esclavitud; hundimiento de la economía de proximidad; dependencia absoluta en ámbitos alimentarios, de salud, de información,… Ahora solamente hace falta atar cabos, recopilar algunos datos más y pensar.

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